OPINION

EL ESTRÉS HÍDRICO EN MÉXICO

Ana Luz Quintanilla Montoya

Los retos que tenemos como especie en este siglo son muchos y variados, sin embargo, el principal y más importante, es el agua. El agua es fundamental para la permanencia de los seres vivos en nuestro planeta y no me refiero exclusivamente a los seres humanos, sino a todos los seres vivos –flora y fauna—, y ecosistemas (costeros, riparios, bosques, etc.).

Para ello, es necesario y fundamental, el ciclo del agua y su equilibrio, el cual ha sido modificado debido al cambio climático global, que no es un fenómeno natural sino inducido y provocado por los seres humanos. Los gases de invernadero que producimos los humanos debido a la generación de electricidad, el transporte, el cambio de uso de suelo y deforestación, la producción de alimentos y el enorme consumismo que mantenemos, ha llenado de CO2 la atmósfera de la Tierra y por ende, se ha generado un efecto invernadero que incrementa cada día más la temperatura media a nivel mundial.

Hoy en día el planeta padece ya un estrés hídrico severo y me refiero a éste porque la demanda de agua está cada vez siendo más alta que la cantidad. Se está intensificando más en todo el planeta, siendo mayor en regiones como China, India y África subsahariana. El continente africano tiene el mayor número de países afectado por la escasez de agua, y hoy en día casi. Casi 2 000 millones de personas dependen de centros de atención de la salud que carecen de servicios básicos de agua (OMS/UNICEF 2020).

Asimismo, el crecimiento de la población a nivel mundial, crea otro enorme reto. Las previsiones del los investigadores del Interpanel Gubernamental para el Cambio Climático (IPPC) esperaban que para el año 2100 tuviéramos alrededor de 10 mil millones de seres humanos en el planeta. Sin embargo, en el presente hemos alcanzado ya la cifra de 7.8 y se plantea que para el año 2050 seamos ya 10 mil millones según la ONU y la demanda de agua crecería un 55%, principalmente en el sector industrial. A este respecto, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) calcula que para 2050 el 55% de la población sufrirá estrés hídrico, es decir, que la demanda de agua es más alta que la cantidad disponible durante un periodo determinado de tiempo.

La situación se ve agravada por el hecho de que solo el 0,5% de los recursos hídricos del planeta es agua dulce disponible y aprovechable, el 97% del agua en el planeta, es salada; sólo 3% es dulce y de éste, el 97% se encontraba en los glaciares, que hoy en día se están deshielando debido al calentamiento en las aguas oceánicas. Más aún, los glaciares funcionaban como efecto albedo, reflejando gran parte de la radiación solar incidente, que hoy en día entra directamente al océano, el cual es el princiapl termoregulador del clima.

México ocupa el segundo lugar en estrés hídrico en Latinoamérica, seguido por Chile y el 24 a nivel mundial, de una lista de 164 países elaborada por el World Resources Institute, y de acuerdo con el INEGI, en promedio, el 76 % del agua se utiliza en la agricultura, 14 % en el abastecimiento público, 5 % en las termoeléctricas, y 5 % en la industria. Según datos de CONAGUA, el problema ya es preocupante, pues el 42.11% de los acuíferos están sobreexplotados, ya que la extracción excede en 10% a la recarga, lo que ocasiona un problema de suministro inmediato.

Se requiere de manera URGENTE atender el problema hídrico en México. No sólo es urgente la voluntad y acción política, también requerimos de la participación de la sociedad –de una cultura del agua–, de nuevos paradigmas en el uso del recurso por la agricultura y la industria, de  una asociación quizá público-privada que brinde inversión oportuna en tecnologías de punta, gestión y manejo integral del agua, y una correcta gobernanza de los sistemas de agua por medio de la experiencia de los organismos relacionados involucrados, así como del conocimiento de expertos que aporten a la ciencia y el desarrollo tecnológico, estudios geológicos y geofísicos, biológicos, hidrológicos, entre otros más, que nos permitan tener certeza en modelos hidrodinámicos de nuestras aguas superficiales y subterráneas.

El agua NO es solamente un derecho humano, es un derecho para TODA LA VIDA en el planeta.

1Profesora e Investigadora de la Universidad de Colima