ÉMULO Y DISIMULO DEL VERDADERO “GRITO DE DOLORES”

Luis Enrique López Carreón

Dirigente del Movimiento Antorchista de Colima

Sí, “Grito de Dolores”, así se le llama al acto que se considera como el inicio oficial de la guerra de independencia de México. Según la tradición, consistió en el llamado que el cura Miguel Hidalgo y Costilla, en compañía de Ignacio Allende, Juan Aldama, Ignacio Pérez y otros, hizo a sus feligreses con el fin de que se levantaran en armas contra el gobierno de la Nueva España, en la mañana del 16 de septiembre de 1810, para lo cual, tocó una de las campanas de la parroquia del pueblo de Dolores, hoy Dolores Hidalgo, Guanajuato.

Y así se inició una guerra. Pero no crea usted, amigo lector, que la guerra de independencia se organizó con grandes ejércitos, dispuestos con todos los arreos, pertrechos y armamento indispensables para el caso; nada de eso, no hubo ejército preparado, ni bien alimentado, ni presupuesto alguno para el combate. Sólo el pueblo; así es, el pueblo henchido hasta el tope de 300 años de maltrato, injusticia y explotación sangrienta. El pueblo pobre, harto ya de la pobreza desde entonces.

Escribe Alfonso Toro Castro, historiador zacatecano, en una de sus obras, sobre el día del “Grito”: “Aquel discurso entusiasmó al auditorio, y casi todos los allí congregados se dispusieron a seguir a Hidalgo, formándose así un pequeño ejercito de doscientos hombres, armados con hondas y garrotes, porque aún las lanzas y espadas escaseaban y las armas de fuego eran rarísimas; pues como se recordará, las Leyes de Indias prohibían a los indios y las castas, el fabricar y usar armas de ninguna especie. ¡Tales fueron los humildes principios de la revolución de independencia!” (Historia de México, Ed. Patria S. A., pág. 67).

Como ya lo he sostenido anteriormente, era el pueblo, y el más pobre y maltratado, el que nos dio la patria en que vivimos. Pero, ¿qué fue lo que enardeció tanto a ese puñado de hombres inermes, muchos aún esclavos, como para levantar sus aperos de labranza en contra de sus opresores y explotadores, aun a riesgo de la muerte?

Y la respuesta la encontramos en el tan famoso y emulado “Grito de Dolores”. Según recopilación hecha por el reconocido historiador, escritor, investigador y académico mexicano Carlos Herrejón Peredo, en su libro “Versiones del Grito de Dolores y algo más”, acopio obtenido de distintas biografías y notas de quienes, según se dice, vivieron de cerca el movimiento de independencia, nos da algunas versiones de lo que pudiera haber contenido la arenga del cura Hidalgo; de esta manera, le atribuye a autores como el obispo Manuel Abad y Queipo la arenga: “¡Viva nuestra madre santísima de Guadalupe!, ¡Viva Fernando VII y muera el mal gobierno!”; a Diego de Bringas: “¡Viva la América!, ¡Viva Fernando VII!, ¡Muera la religión y mueran los gachupines!”; a Juan Aldama: “¡Viva Fernando VII!, ¡Viva América!, ¡Viva la religión y muera el mal gobierno!”; a Servando Teresa de Mier: “¡Viva Fernando VII y la virgen de Guadalupe!”; y finalmente a Lucas Alamán: “¡Viva la religión!, ¡Viva nuestra madre santísima de Guadalupe!, ¡Viva Fernando VII!, ¡Viva la América y muera el mal gobierno!”.

Como podemos ver, en todas estas versiones de arengas atribuidas a Hidalgo, los “¡vivas!” siempre fueron para la religión católica, para el continente Americano y para Fernando VII, y los “¡mueras!” fueron siempre para los gachupines y el mal gobierno. ¿Cuántos de los actuales gobiernos, incluidos ahora los de la llamada “Cuarta Transformación” podrían arengar al pueblo gritando: ¡mueran los malos gobiernos!? Yo sinceramente creo que pocos, muy pocos.

¿Qué han hecho los gobiernos modernos, del simbólico “Grito de Dolores”?, ¿Qué acaso los malos gobiernos desaparecieron con la consumación de la guerra de independencia, firmada el 27 de septiembre de 1821? No. Nada de eso. Solo que ahora, para que el pueblo pobre olvide su verdadero papel histórico en esta gesta revolucionaria, para que olvide que es él el verdadero y único depositario de todos los bienes ganados con la sangre del pueblo insurgente, para que no reclame ya nada, el “Grito de Dolores” se convirtió en un moderno espectáculo, lleno sólo de jolgorio vano y embriaguez envilecedora. ¿Qué es ahora el moderno “Grito de Dolores? Lo dije antes y hoy lo repito: “panem et circenses” (pan y juegos de circo), esta frase aparece en la Sátira X del poeta romano Juvenal, misma que hace referencia a la antigua práctica romana de proveer trigo gratis (o pan) al pueblo romano, así como costosas representaciones circenses (de circo) y otras formas de entretenimiento, como medio para ganar poder político a través de estas prácticas populistas. Así es, estimado lector, “panem et circenses”, en esto han convertido los gobiernos nuestro “Grito de Dolores”.

Y ¿cuál es la consecuencia más dañina, profunda y lacerante contra los pobres, de dar “panem et circenses” al pueblo como tradición? La respuesta es manipulación electoral, engaño, mentira, injusticia y pobreza, mucha pobreza. Por ejemplo, hace unos días leí en la editorial del periódico Diario de Colima, algo que debería ser bien analizado. La nota dice, que en Colima, los ingresos trimestrales de una familia hacienden, según datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del INEGI, a 57 mil 766 pesos en promedio, esto significan, 9 mil 627 pesos y 66 centavos cada quincena, o 4 mil 813 pesos y 83 centavos por semana. Esto, como lo podrá constatar fácilmente cualquier familia colimense, no es cierto. ¡Mienten!, utilizan promedios engañosos para confundir y engañar a las familias más pobres marginadas. Según datos de la Secretaría del Trabajo, en su último reporte del mes de agosto del año que corre, el 47.8%, es decir, casi la mitad de los trabajadores ocupados de la Población Económicamente Activa de Colima, reciben de salario, en promedio, menos de mil 540 pesos y 20 centavos a la quincena. ¿A qué viene entonces ahora, el anuncio de los datos del INEGI en pleno “Grito de Dolores”? Lo dicho, sólo para confundir. Cuánta falta nos hace ahora, el coraje y el arrojo de los verdaderos héroes que nos dieron patria. Urge organizar y educar al pueblo pobre y trabajador.