ESPECTACULOS & CULTURA

JOSÉ FRANCISCO VALDEZ “LA GRINGA”, UNA LEYENDA DEL JARIPEO COLIMENSE

*30 años de carrera, una pierna y costillas quebradas   y pisotón en un pulmón, avalan su historia en los ruedos

Disfrutando de unos ricos mariscos que probó  de pasadita,  encontramos a toda  una  leyenda viviente del mundo profesional  del jaripeo, como lo es José Francisco Valdez “La Gringa”, quien es uno de los jinetes que más grande llegado poniendo en alto el nombre de Colima, tanto en México como  en E.U.

Según nos comentó,  fueron 30 años los que se dedicó a realizar las más espectaculares montas  que hacían llenar las plazas  con solo anunciar su nombre,  por lo que además de Colima, llego a presentarse en la Plaza La Monumental, de  Morelia, Guanajuato  y en E.U. en ciudades como Georgia, Misisipi, Kansas y otras,  en donde el siempre montó al estilo colima,  sin más armas que sus  espuelas de gancho,  ya  que aunque entiende  que ahora algunos  usan chalecos y casco, eso no se hizo  para  él, pues  dijo que  si  el sombrero le molestaba, menos aguantaría traer otra cosa.

Comentó que el decidió retirarse en un buen momento de su carrera, pues vio  que ya  era tiempo de hacerlo, pues ya los reflejos no eran lo mismo después  de 30 años.

Entre los  recuerdos que más  le  llegan,  es el no haber podido nunca dominar al toro “El  Huracán”, el cual monto tres veces y las tres veces lo derribó, pero que le daba  la satisfacción  de que con solo  anunciarlos, las plazas  se  llenaban para  ver a toro y jinete que eran los  mejores  y llevaban  las emociones  al máximo.

Dijo que  además,  también, después de 30 años, vio  que era tiempo de retirarse, pues en esta tuvo una  lesión en donde El Huracán le quebró  una pata, así como otro una  costilla  y uno un  pisotón  que le daño  un pulmón.

Actualmente, ya  retirado de los ruedos,  labora en servicios públicos del ayuntamiento de Villa de Álvarez, en  donde sigue recibiendo  las  felicitaciones y admiración  de la gente que lo ve en la calle y recuerda las proezas y las  emociones que durante años  ofreció en los  ruedos colimenses.