OPINION

RECORDANDO A NERUDA EN CIUDAD GUZMÁN. RELATO DE UN VIAJE CON AL MAESTRO RICARDO ANTE VILLALOBOS. – TEXTOS AL MINUTO

J Jesús Jiménez.

El pasado jueves 28 de octubre, acompañé al maestro Ricardo ante Villalobos a cumplir con un viaje de gratitud hacia el gran cronista e historiador zapotlense, Fernando G.Castolo, en una segunda visita de encuentro con él. El objetivo era llevarle impreso, en un marco especial, el poema que el inmenso poeta chileno y Nobel de literatura en 1971, escribió 30 años antes de este galardón durante su visita a esta distinguida ciudad, la envidia de Colima que no tuvo tan inmensa dicha de acoger con el encantador paisaje y la cordialidad generosa de sus amigos en Ciudad Guzmán, entre ellos el joven Juan José Arreola, de 23 años, que recitó, con su prodigiosa memoria, el Poema 20 del ya laureado bate chileno. De hecho el poeta de Zapotlán habría de escribir posteriormente la crónica de la intensa estancia del poeta sudamericano en Ciudad Guzmán.

Cuestión curiosa que en el 2021 en que maestro filósofo y también poeta Ricardo Ante Villalobos y el que esto escribe, realizaramos este viaje 80 años después de que Neruda escribiera el hermoso poema a Ciudad Guzmán y que aquí se consigna.

Este acontecimiento de la visita de Neruda a Zapotlán en su calidad también de cónsul general chileno en México, representa un nicho de gran riqueza literaria, cultural e, incluso, política, considerando que en cuanto a hombre político Neruda estaba comprometido con la gran transformación latinoamericana, y como poeta su compromiso ideológico no le empañaba su grandeza literaria. Recogimos algunas referencias que compartimos aquí motivadas por este viaje tan placentero por la gran empatía cultural e intelectual con el maestro Ricardo Ante Villalobos:

Pablo Neruda llegó a Manzanillo en agosto de 1940, desde Valparaíso en un barco de la marina mercante japonesa japonés llamado rakuyou Maru de dónde inmediatamente se trasladó a la capital del país pasando obviamente por Colima sin que yo tenga algún registro de su pasó aquí.

La visita de Neruda a Ciudad Guzmán se dio dos años después de su arribo al país, vía Manzanillo. Ahora en 1942 era de viceversa. Rumbo a Manzanillo, después de esa estancia ateneica en Guzmán.

Hicimos una breve investigación sobre este hecho y encontré muy importante referencias de Neruda en México en la excelente biografía titulada Pablo Neruda A Passion for Life, de Adam Feisten, cuyo capítulo de su estancia de 3 años como cónsul general de Chile, registra su igual intenso e inmenso recorrido por nuestro país, en un contexto ardiente en política internacional y nacional, con los efectos patriotas del cardenismo, la amenaza nazi, el exilio español, el asesinato de Lorca, la llegada de Trotsky, etcétera.

Cuándo llegó a Manzanillo este inmenso poeta coleccionista de conchas que al igual que el igual admiraban los antiguos habitantes de la región Pacífico mesoamericana; le acompañaban Luis Enrique Delano, su esposa Lola Falcón y una niña de 6 años de nombre Poli, quién después sería una de las más grandes escritoras chilenas.

El Instituto Cervantes publica en una cronología de Arreola señalando qué nuestro escritor “en nombre del pueblo y las autoridades, pronuncia el discurso de bienvenida y recita dos poemas de Neruda: Farewell y el célebre Poema veinte. Neruda, sorprendido por su calidad interpretativa, lo invita a acompañarlo a la Unión Soviética como su secretario particular. Arreola rehúsa”.

El 16 de junio de 1942 llego a Zapotlán invitado por César Martino y entre otros le acompañaba a Francisco Martínez de la Vega político y periodista. El propio Juan José arriola relata este contecimiento dónde declamó el Poema 20 que ya había consagrado a Neruda, lo que le valió la invitación del gran bate sudamericano, para llevárselo a la Unión Soviética como su secretario; pero fue disuadido por la esposa del poeta, Delia, que le advirtió al entonces poeta zapotlense de 23 años del riesgo que implicaría viajar con un personaje que vivía tensamente la bohemia hasta las horas de la madrugada y que no valía la pena que esté joven, de carácter nervioso y sensible, corriera ese trajinar.

Arreola redacta que al día siguiente Neruda y su esposa viajarían al puerto de Manzanillo precisamente a donde habían llegado en aquel agosto de 1940. Le pidió qué visitará a sus padres y hermanos que vivían en Manzanillo.

El autor de La Feria cuenta que a la mañana siguiente, después de haberse zampado buena cantidad de ponche de granada, lo encontró fresco como una lechuga

-parafraseo yo- y qué Neruda le dijo que aquí en Zapotlán las estrellas casi se pueden agarrar con la mano grandes y luminosas.

Neruda admiró la grandeza de la Catedral zapotlense, que junto con el paisaje, las rojas flores del tabachin, le inspiró el poema a Ciudad Guzmán.

Luego luego de que el maestro Ricardo Ante entregará tan simbólico presente el excelente cronista historiador Fernando G castolo, refrendando su generosidad, nos entregó su último libro Las Puertas de los Angeles. El maestro Ante, a su vez le entregó su ensayo Las Haciendas de Colima.

Nosotros, al igual que el autor del Canto General y Residencia en laTierra; admiramos la grandeza cultural y urbana de Ciudad Guzmán.