URGE FRENAR LA TALA ILEGAL EN LA SIERRA OCCIDENTAL DE JALISCO

+ El académico de la Universidad de Guadalajara y experto en manejo forestal, Antonio Mora, aseveró que el principal responsable de esta problemática es el crimen organizado; el pasado 27 de julio, el gobernador Enrique Alfaro reconoció que hay grupos criminales

La Sierra Occidental del estado de Jalisco, y la Reserva de la Biosfera de Manantlán están siendo amenazadas por el crimen organizado, quienes realizan actividades de tala clandestina, sin embargo, diferentes organizaciones ambientales denunciaron que hasta el momento ninguna autoridad ha intervenido para detener a los responsables y terminar con este problema, específicamente en las comunidades de Talpa, Mascota y San Sebastián del Oeste.

Ante esta situación, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente se ha limitado a argumentar que carecen de presupuesto para realizar los trabajos correspondientes y proteger a ejemplares de más de 26 metros de altura.

La propia Comisión Nacional Forestal ha reconocido la gravedad del daño que causa la tala ilegal.

Por lo anterior, el académico de la Universidad de Guadalajara y experto en manejo forestal, Antonio Mora, aseveró que el principal responsable de esta problemática es el crimen organizado, “todos sabemos que está involucrado ya el crimen organizado, y de eso no hay estadísticas, mucha información no está porque esa no se reporta”.

Apuntó que algunos productores forestales, ya se han quejado del robo de madera, “pero como (los ladrones) son del crimen organizado, nadie les hace nada; las denuncias no pasan de ahí, a pesar de que sí se ha visto muy afectada la actividad productiva por esos aprovechamientos ilegales”.

En ese sentido, el académico indicó que la tala ilegal no sólo degrada el bosque, sino que también le abona a los conflictos sociales y perjudica a los proyectos forestales sustentables.

“Para expedir ese permiso de aprovechamiento yo tengo que contratar a un técnico forestal que me haga el programa de manejo forestal, de lo que tienes en el bosque, cuánto tienes, cuánto puedes cortar, cuánto vas a dejar, si a lo mejor se tiene que hacer una reforestación, etcétera, o sea, obviamente la gente que se dedica a lo de la tala ilegal, ellos no necesitan nada de eso, y eso a la larga sí va en detrimento del manejo sustentable de los recursos forestales de todo el estado”, señala Antonio Mora.

Asimismo, lamentó que las autoridades federales como la Profepa, no haga algo al respecto, pues “aquí debe haber los inspectores y vigilancia, pero con todos estos recortes presupuestales, brilla por su ausencia, y aparte, como están metidos los grupos delincuenciales, debe haber una corrupción impresionante”.

A diferencia de la tala ilegal, comentó que quienes operan en regla hacen reforestaciones para recuperar el bosque, y como una medida para impactar menos al ecosistema, cortan principalmente los árboles que ya están secos o que fueron afectados por alguna plaga, explica el trabajador de un aserradero de la Sierra Occidental.

El pasado 27 de julio, el gobernador Enrique Alfaro informó en redes sociales de una reunión entre los tres niveles de gobierno en torno a la tala clandestina, pero no dio detalles sobre el problema o la cantidad de hectáreas de bosque perdidas, pero sí reconoció que hay grupos criminales y aseguró que “se les acabó el veinte”.

A pesar de las afectaciones ambientales y económicas que genera la tala ilegal, Jalisco sigue destacando por su producción de madera.

Según el último Anuario Estadístico Forestal que ha publicado el Gobierno Federal, en 2017 Jalisco generó más de 266 millones de pesos en madera, principalmente de pino y encino. Jalisco cuenta actualmente con mil 870 autorizaciones vigentes, la mayoría en el Sur y la Sierra Occidental, con más de 389 mil hectáreas de bosque maderable.

Jalisco es el cuarto lugar nacional en volumen de aprovechamiento forestal, con casi el 7 por ciento de todo el país, sólo detrás de Chihuahua, Durango y Oaxaca.

Por su parte, el director de la reserva de Manantlán, Fernando Ramón Gavito Pérez, habló de la urgencia de crear empresas forestales comunitarias, y así blindar el Área Natural Protegida (ANP).

El biólogo insistió en la necesidad de que sean los ejidatarios quienes se encarguen del aprovechamiento maderero, pues actualmente se marca la zona y entran compradores externos que no respetan los límites señalados y que además de hacer saqueo de flora y fauna silvestre, aprovechan para otras actividades ilícitas dentro del ANP.

El director enfatizó en que un buen manejo forestal evitará que el Área Natural Protegida se corrompa social y ambientalmente. Recordó además, que a diferencia de un parque nacional, en las reservas viven personas que necesitan realizar actividades económicas en la zona.

“Tenemos que evitar que gente de otros estados esté entrando, porque además de hacer el aprovechamiento forestal, están haciendo otras actividades que no podemos permitir que se lleven a cabo dentro del área natural protegida, porque se corrompe ambientalmente, se corrompe socialmente y se están llevando parte de nuestra historia”. 

El manejo forestal comunitario es una de las opciones más promisorias para resolver el gran dilema de la conciliación entre la conservación de la naturaleza y el desarrollo económico de las comunidades que viven dentro de las zonas protegidas.

Manantlán, por su diversidad biológica, es una de las áreas de conservación más importantes en el occidente de México.

Cuenta con 110 especies de mamíferos, 350 especies de aves y más de 3 mil plantas vasculares, entre las que se encuentra el Zea diploperennis, el pariente silvestre del maíz que dio origen a la creación de la reserva.

La Reserva de la Biosfera Sierra de Manantlán comprende una sección del Eje Volcánico Transversal, muy cerca de su confluencia con la Sierra Madre del Sur. Constituye un área natural protegida importante en el Occidente de México debido a su gran extensión (139,577 ha), alta riqueza de especies silvestres y cultivadas, potencial forestal y servicios ecológicos que presta a toda una región de Colima y del Sur de Jalisco. Ocupa terrenos de los municipios de Autlán de Navarro, Casimiro Castillo, Cuautitlán de García Barragán, Tolimán y Tuxcacuesco, del estado de Jalisco, y Comala y Minatitlán, del estado de Colima. Se ubica entre las coordenadas 103°45´- 104°30´de longitud oeste y los 19°25´- 19°45´ de latitud norte. 

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