TONALTEPETL 26/11/20
Gustavo L. Solórzano
“Se salva uno del rayo, pero no de la raya” decía mi abuela. En su juventud ella fue golpeada por un rayo y vivió para contarlo.
El miércoles dejó un saldo lamentable entre las figuras públicas, Diego Armando Maradona, destacado futbolista argentino, hombre polémico y de carácter difícil. La señora Guillermina Jiménez Chabolla, mejor conocida como Flor Silvestre, un icono de la canción mexicana y José Manuel Mireles Valverde, defensor de los derechos humanos. La vida es así, estamos de paso y nada trajimos, en consecuencia, nada nos llevamos. Descansen en paz.
En 1960 Patria Mirabal, Minerva Mirabal y María Teresa Mirabal, activistas políticas, fueron asesinadas en la República Dominicana por órdenes del dictador Rafael Leónidas Trujillo.
En conmemoración a este lamentable hecho, queda señalado el 25 de noviembre a partir de 1980, como El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La idea es denunciar la violencia que se ejerce sobre las mujeres en todo el mundo y así mismo, para reclamar políticas en todos los países para su erradicación.
Sin duda, la mujer ha sufrido severas consecuencias del machismo y la falsa superioridad del hombre a lo largo de la historia. Abundan casos sobre la violencia ejercida en contra de las mujeres y obviamente mi intención no es ahondar en ello, sino hacer un llamado a la reflexión en el sentido de que vivamos y convivamos en igualdad de condiciones. En los últimos años, la mujer ha venido conquistando espacios, gracias a su capacidad de adaptación y su esfuerzo permanente para superarse a sí misma. Sirvan estas modestas líneas, para expresar con sincera gratitud, mi admiración y respaldo, a todas las mujeres del mundo. Verdaderas e incansables guerreras, que han sabido siempre, estar a la altura de las circunstancias. Demos un sí a la sana convivencia y a la paz, con buena voluntad.
Mas allá de marchas y consignas, que ya es algo, es necesario que las autoridades establezcan programas de ayuda real, directa e imparcial, para quienes se vean afectadas. Lo señalo así, para evitar con ello, que se preste a malos entendidos. Las mujeres merecen ser escuchadas si, pero también el hombre, la idea es no caer en paternalismos que pudieran generar violencia de genero hacia las partes involucradas. Todo de manera imparcial y justa.
Concluyo con este poema de Mario Benedetti: Si Dios fuera mujer
“¿Y si Dios fuera mujer?
pregunta Juan sin inmutarse, vaya, vaya si Dios fuera mujer es posible que agnósticos y ateos, no dijéramos no con la cabeza y dijéramos sí con las entrañas. Tal vez nos acercáramos a su divina desnudez, para besar sus pies no de bronce, su pubis no de piedra, sus pechos no de mármol, sus labios no de yeso”. Gracias benditas mujeres, en Colima todos nos necesitamos. Es cuanto.