DE LA FELICIDAD, EL DÍA – SOCIALIZANDO DATOS
Balvanero Balderrama García
balvanero@gmail.com / @Balvanero.B
Transeúntes somos. No hay más. Detenerse es fenecer. Y si no hay camino, se hace, como dice el poeta.
En este trayecto llamado Vida, algunos deambulamos; sin embargo, hay quienes tienen rumbo cierto.
Y hay maneras y formas de transitar. Tomando registro del trayecto, superando obstáculos, disfrutando o padeciendo.
El 20 de marzo, desde el 2013, la ONU sugiere celebrar la felicidad y el bienestar; dedicando ese día tomar conciencia de lo importante que es para todas y todos: “como aspiraciones universales de los seres humanos y la importancia de su inclusión en las políticas de gobierno” (https://www.un.org/es/observances/happiness-day).
La felicidad no implica ausencia de retos o conflictos. No es la eterna sonrisa o la sonora carcajada; es más que eso.
Se define como: estado emocional de una persona… sensación de bienestar y realización… (significados.com/felicidad) Por lo tanto, no es un momento de placer, o una situación de alegría, es un estado de ánimo, una manera de caminar -siguiendo con la metáfora camino-vida-.
Como decía Aristóteles: la felicidad depende de nosotros mismos.
De ahí que poner nuestro bienestar en lo externo, deriva en una insatisfacción permanente, como brillantemente lo describe el gran sociólogo Zygmunt Bauman, en su propuesta de la Modernidad Líquida.
La felicidad no está en poseer cosas. Ya lo pregonaba el filósofo presocrático Diógenes el Cínico, quien al visitar el mercado exclamaba ¡cuántas cosas que no necesito!
Hoy el consumismo nos induce a todo lo contrario: hay que tener el celular, la pantalla, tal ropa, el coche… Ello te hará sentir bien, en lo que sacan el siguiente modelo y se experimenta la necesidad de tener lo nuevo, siempre lo nuevo… algo así como el mito de Sísifo.
Sin embargo, la felicidad y el bienestar son subjetivos. Lo que a alguien hace feliz o le proporciona bienestar, para otra persona puede significar todo lo contrario o serle indiferente.
Hay intentos de medir esta subjetividad. Saber cuál es el estado de ánimo de la población. Importante por muchos factores, entre ellos la política pública -como lo sugiere la ONU-. Los hay en el plano internacional y también nacional
El INEGI, ente responsable de la estadística oficial en nuestro país, tiene una medición sobre este tema desde el 2012 con el piloto de Bienestar Subjetivo, derivado ya en la Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado, ENBIARE, 2021.
Sólo unos datos de la ENBIARE 2021. De la población de 18 años y más, alfabeta, los varones dijeron sentirse más satisfechos con la vida actual al promediar 8.5, las mujeres 8.4 en una escala del 0 al 10. Es de destacar que en todos los rangos de edad la satisfacción es mayor en los hombres que en las mujeres.
Hay una canción que escuché con Víctor Iturbe “El Pirulí” que se llama, precisamente, Felicidad. En alguno de sus versos señala: nada es nuevo, solo que te conocí. Ello, para mí, implica, precisamente, la cuestión subjetiva; pero también la voluntad de cambiar de mirada y de actitud para procurar un estado de ánimo.
No olvidemos que la felicidad también debe ser solidaria; en la reconstrucción de una mejor sociedad para todas y todos.
#DiaInternacionalDeLaFelicidad