MUY INTERESANTE EXPOSICIÓN SOBRE LA COMIDA Y LA FLORA MESOAMERICANA Y FILIPINA – TEXTOS AL MINUTO
J Jesús Jiménez
Tuve el gusto de asistir a la cuarta disertación del Seminario Colima en el Tiempo; Hacia los 500 Años (1523-2023) que organizan la Sociedad Defensora del Tesoro Artístico de México, Capítulo Colima; el INAH; la Universidad de Colima, y la Subsecretaría de Cultura, y que se realiza en el magnífico espacio ahora de uso cultural popular como es Palacio de Gobierno, todos los martes a partir de las 18:30 horas, en entrada libre.
Como lo señala el título que muestra la primera imagen, la doctora Paulina Machuca Chávez expuso el encuentro cultural de dos cocinas, la mesoamericana y la filipina, tema que rebasó el límite marcado para el desarrollo de esta gastronomía de más de 450 años de interacción, y se adentró a otros elementos que se dieron en el aspecto lingüístico, del vestido y de la migración y proceso de plantas y frutos.
Recordemos que en sus orígenes, luego de que se completara el tornaviaje, cuyos intrépidos ilustrados navegantes concretaron, para beneplácito de la Nueva España y enseguida para el orgullo de la Corona española; inmediatamente se desarrolló un comercio que duró 250 años de historia del Galeon, pero que continuó otros dos siglos y lo que venga más.
Ha sido una de las exposiciones que me han parecido de mayor interés, lo que se debe al amplio conocimiento cultural e histórico que tiene la autora quien,no obstante su juventud, ha tenido una grandiosa evolución en cuanto a producción historiográfica a propósito del tornaviaje y, obviamente, en particular de las consecuencias del intercambio cultural y comercial y como es el caso de este tema, gastronómico.
Enseguida del histórico logro, luego de que el ilustrado Urdaneta realizará la hazaña, tras encontrar vientos y corrientes favorables al norte de Japón para regresar al hoy continente Americano, al norte de San Francisco, California; el Galeón de Manila, o la Nao de China, como también se le denominaba, comenzó un vigoroso intercambio comercial entre lo que hoy es México y lo que allá es Filipinas.
La exposición de la doctora Machuca fue toda de mucho interés porque en la narración y desarrollo del tema, intercaló conceptos novedosos que permiten identificar la evolución histórica de esa interacción comercial, cultural y económica.
La autora, en mi opinión es una historiadora que puso en el escenario de la discusión historiográfica, cultural e histórica, lo que en ese encuentro cultural atañe a lo que hoy es Colima pero, ciertamente, a esa gran franja del occidente del Pacífico mexicano, más bien dicho, que implica Acapulco y los demás puertos de la costa del Pacífico. Pero también en lo que fue la ruta que siguieron los productos que llegaban de Asia al puerto mexicano y los que salían hacia Acapulco desde el centro del país.
Un aspecto sobresaliente fue el que señaló la autora cuando habló de que una de las condiciones para la adaptación de las plantas y de los árboles frutales en esta franja del Pacífico, es que guarda similitud geográfic y climática con la que se encuentra en la otra parte o extremo del Pacífico. Por eso el tamarindo y, más atrás en el tiempo, el coco que, por cierto, de voz de la ponente supe que a este fruto de la palma se le conoce como “el árbol de la vida”, por sus amplios beneficios.
Fue un desarrollo muy interesante del tema, cuya exposición seguramente se podrá ver en redes a través de los repositorios de las instituciones participantes.
Voy a hablar en primera persona. Me da mucho gusto que este Seminario de la SODETAM se dedique a la señora Assam y a nuestro amigo y compañero de la generación de la Maestría de Historia, de la Universidad de Colima, José Luis Silva Moreno, quién también fue compañero de generación de la autora Paulina Machuca Chávez. En mi opinión ambos fueron los mejores alumnos.
Seguramente habrán muchas otras exposiciones vinculatorias a la relación cultural e histórica de México con el Pacífico asiático. Y seguramente habrá más oportunidades de escuchar exposiciones como ésta de la doctora Paulina Machuca, cuya investigación sobre el vino de cocos en Colima es una gran aportación, que nos permite adentrarnos en el conocimiento de nuestra historia cultural, social y económica.