OPINION

TONALTEPETL – 6 DE OCTUBRE 2022

Gustavo L. Solórzano

“Sábete, Sancho, que todas estas borrascas que nos suceden son señales de que presto ha de serenar el tiempo y han de sucedernos bien las cosas, porque no es posible que el mal ni el bien sean durables, y de aquí se sigue que, habiendo durado mucho el mal, el bien esté ya cerca.”. Don Quijote.

En algunas ocasiones la apatía o el desgano, como a todo ser humano, me envuelven. Hoy de manera especial, me costó trabajo escribir, estoy sin ideas, falto de motivación. Hago uso de mis recursos sin quejarme, solo compartiendo mi sentir.

Existen muchas opciones, temas diversos aspectos relevantes como para perder el tiempo. Desperdiciando el espacio que se me brinda. Motivos para flojear, son muchos, en realidad para reflexionar, porque mientras velábamos los restos mortales de mi hermano, robaron su casa. Nadie se dio cuenta de nada, nadie vio pues.

A veces la realidad se vuelve increíble y viceversa, gente sin progenitora y a sabiendas de lo tristemente acontecido, incurrió en un ilícito. Sin duda esta acción es derivada del clima de inseguridad y violencia que lamentablemente vivimos en Colima, libros, y un viejo refrigerador, junto con ropa y enseres de cocina eran los grandes valores que había en la casa. Y digo había porque hasta la ropa interior se llevaron, luego entonces, pienso, no tienen progenitora, así de sencillo, en fin.

Dicen los que saben que cuando alguien desencarna, no se va de inmediato, es decir, su alma, espíritu o esencia permanecen por varios días. Lo he comentado en otras ocasiones, sería mucha ingenuidad pensar que la nuestra, y la de las especies conocidas, es la única forma de vida. Claro que no, existen evidencias desde la antigüedad y mayormente ahora con tanta tecnología. En nuestro caso, mi hermana mayor y yo, tuvimos una experiencia que nos llevó al conocimiento de saber que nuestro hermano había cumplido su ciclo. Sin entrar en mas detalles, posterior a los robos que señalo, porque entraron dos veces, pedimos de favor a los vecinos que, en caso de darse cuenta de una anomalía, pudieran avisarnos.

Naturalmente la casa fue reforzada en la seguridad física y bueno, permítame compartirle lo siguiente y desde luego, ponerlo a su respetuosa consideración. Resulta que la mañana del miércoles, para ser preciso alrededor de las seis a.m. un vecino del barrio pasó caminando por la casa de mi difunto hermano, para llevar a su menor hija (del vecino) a la escuela. A cierta distancia pudo observar, que “un hombre alto, delgado y bien vestido”, agrega el vecino, “parecía que se acababa de bañar”, salió precisamente de la casa de mi hermano. “Guayabera blanca y pantalón negro, quise alcanzarlo y se me perdió”.

Mas tarde, al revisar la casa, nos dimos cuenta que todo estaba intacto como lo habíamos dejado un día antes. La verdad, se me enchinó la piel.

ABUELITAS:

Ya empecé, quiero terminar el tema, hace tres años falleció mi cuñado y tan pronto dimos parte a la autoridad, apareció un servicio funerario. Hace unos meses falleció una sobrina y tres funerarias se disputaban la posibilidad de una venta. El sábado que falleció mi hermano, curiosamente pasó lo mismo, llegó el servicio no solicitado, incluso antes que la autoridad legista. Digo, hasta cierto punto es entendible que la gente haga su lucha, lamentablemente en las circunstancias que señalo, se convierten en mercaderes que lucran con el dolor y la sensibilidad de la gente.

Ojalá que este no sea uno de los casos que ha señalado el señor presidente de la república, cuando se refirió a la corrupción. Finalmente me pregunto, ¿Quién y bajo qué condiciones les avisa a las casas funerarias de los decesos de ciudadanos? Es cuánto.