OPINION

¡MI PADRASTRO ME VIOLÓ!, TRAGEDIAS ESCOLARES – ANÁLISIS POLÍTICO

Abel González Sánchez

¡Mi padrastro me violó, quisiera matarme! Mi papá se droga y le pega a mi mamá; Mi mamá se emborracha y no me hace caso; No vine a la escuela porque mis papás no tenían para el pasaje, Mis papás no trabajan y por eso me prostituyo, No vivo con mis papás porque son muy regañones, etc, etc, son diálogos de estudiantes muy fuertes, preocupantes pero reales y hasta comunes, que se detectan en las escuelas primarias, secundarias y bachilleratos del estado de Colima y del país que permiten visualizar verdaderas tragedias familiares que impactan y afectan a la deserción y al rendimiento escolar.

Grandes y graves problemas viven hoy muchas familias en su entorno, afectando el comportamiento de sus hijos quienes acuden a las escuelas en los diferentes niveles educativos, primaria, secundaria, bachilleratos y también los hay en las universidades cursando estudios superiores, lamentablemente muchos alumnos denominados problema no son detectados ni atendidos adecuadamente ni por las familias ni por las autoridades escolares porque no han formado una estructura académica profesional, algún Instituto de Psicología Escolar con representaciones en los municipios para resolver casos extraordinarios en los planteles. Lamentablemente la mayoría de las escuelas no tienen asignado un departamento de psicología ni hay personal altamente capacitado para atender conflictos de psicología educativa y conductual como existen en otros países.

Es un tema delicado, sin analizarse con la importancia que merece y poco o nada atendido por las autoridades de la Secretaría de Educación Pública ya que por falta de profesionalización para atender problemas psicológicos y conductuales de las y los estudiantes, muchos maestros y directores de los planteles han cometido grandes errores pretendiendo resolver los problemas que revelan las y los alumnos.

Se tiene el antecedente que han existido declaraciones privadas de las jovencitas de secundaria que les confían a determinadas maestras que han sido violadas o violentadas por familiares y padrastros, pero algunos directores sin medir consecuencias prefieren denunciar inmediatamente al ministerio público sin atender ni valorar el problema por alguna psicóloga en forma previa, afectando la tranquilidad y seguridad física de las jovencitas aún sean menores de edad, si se atrevió a revelar un secreto, y no se actúa en forma adecuada pueden crear mayores problemas y tragedias escolares o familiares, pues no valoran que la Fiscalía o las autoridades poco resuelven en forma oportuna e inmediata estos asuntos, provocando algunas peores decisiones de las alumnas, huyendo de la escuela, del hogar, inclusive comentan que se han registrado suicidios por los jóvenes por la problemática que enfrentan y porque no se le dio una atención adecuada.

Lamentablemente las instituciones no dan la importancia necesaria al entorno familiar, a pesar de que ambas instituciones, familia y escuela, están estrechamente obligadas para lograr un mejor rendimiento escolar, el maltrato a los hijos en las familias y más aún cuando sus padres usan drogas o inclusive abusan de los niños causan graves problemas conductuales afectando el desempeño académico de las y los estudiantes, pues las riñas o conflictos de pareja o familia impiden que alcancen altos niveles de concentración y paz en su interior, el maltrato y las pugnas familiares generan alteraciones en el sistema nervioso, en su comportamiento y en el aprovechamiento escolar, independientemente de sus propios cambios mentales naturales por tratarse de adolescentes.
Los problemas de las familias y el descuido de las escuelas para atender ésta problemática a través de los departamentos de psicología que por lo menos deberían existir uno en cada municipio sino existen en cada escuela, provocan que miles de jóvenes mejor abandonen los planteles porque prefieren ocultar todo tipo de violencia en su familia, problemas y carencias económicas en el hogar, por ello, es importante realizar un diagnóstico oportuno en cada escuela, pues la deserción escolar es muy alta en nuestro estado o en nuestra Colima, afectando más a las secundarias y a los bachilleratos y cientos o quizás miles de éstos alumnos que abandonan las aulas para siempre son futuros delincuentes que impactarán más al problema de la inseguridad en las colonias y en el estado.