NADA ¿QUÉ VIENE? 10 DE JUNIO DE 2024
SEAN OSMIN HAMUD RUIZ
Hace una semana concluía mi colaboración con las siguientes líneas: “Hay ciudadanía. Hay civilidad. Hay instituciones. Hay paz. Pudimos libremente conducirnos a nuestras anchas. Claro que los resultados importan y ya que sean oficiales podremos analizarlos. Me quedo con esta acción colectiva. DECIDIMOS.”
Escribía lo anterior sin tener nociones de ningún resultado electoral, motivado únicamente por la emoción de haber participado y atestiguado cómo a mi derredor las elecciones caminaban y bien.
Para hoy la gran mayoría de los saldos se conocen. El presidente y su partido se convirtieron en un dique monolítico que no solamente aguantó el embate de la marea rosa, incluso amansó aturdidoramente esas aguas que buscaban un giro de timón.
¿Hubo fraude? En el proceso de votación lo dudo mucho. ¿En el INE y la captura de datos? Será algo que expertos, partidos de oposición y autoridades correspondientes tendrán que dilucidar.
La injerencia presidencial durante todo su ejercicio de gobierno y principalmente el transcurrido todo el pre y el proceso electoral, ni duda cabe, constituyó un elemento definitorio en el ánimo y decisión al voto.
Pero no nos engañemos. Hubo algo con mayor profundidad. Si a más de 35 millones de sufragantes no les motivó un voto en contra del régimen la inseguridad que vivimos, los problemas del sector salud, la cancelación del aeropuerto de Texcoco, la posibilidad de desmembrar el andamiaje de órganos autónomos o el mismo poder judicial, entonces ese México bravo habló y fuerte. Es indispensable entender que no solamente fueron los programas sociales.
Muchos habremos de movernos hacia un proceso de resiliencia que nos permita andar y sobrevivir en estas circunstancias. Obligados estamos a no postrarnos a mirar el horizonte.
Admito que algo creía saber y entender de política y comportamiento social. Mis presunciosos análisis y vanidosas reflexiones me hicieron creer que podía opinar al respecto. Este golpe de realidad me orilla a la reflexión de que tengo que volver a empezar a aprender, pues no se nada. NADA
MICROCUENTO
Ya sabíamos que si despertábamos el dinosaurio seguiría ahí. Lo que no imaginábamos es que lo encontraríamos mutado en un mitológico ser de mayor tamaño, fuerza y poder. Habrá que esperar al siguiente meteorito.