ALBERTO ISAAC, UN ATLETA Y ARTISTA POLIFACÉTICO, QUE REPRESENTÓ A MÉXICO EN LAS OLIMPIDAS DE LONDRES EN 1948, Y HELSINKI EN 1952.
PRIMERA DE DOS PARTES…………………….
“…Pienso en Colima….” – dijo- y confirmándolo deslizó el lápiz sobre un papel que encontró a la mano… Alberto Isaac, el en otros tiempos astro fulgurante de la natación, que paseara triunfalmente el nombre de Colima por Estados Unidos, Sud América, Europa, Japón, etc., estaba ante nosotros. Lo encontramos el viernes por la noche en un restaurante de Bucareli, donde con semblante de satisfacción y en medio de sorbos de café había de evocar sus días de gloria….
… Cuando toqué el bordo del tanque y el chapoteo del agua me dejó ver -nos dice-, me di cuenta de que los demás competidores también iban llegando. No sabía quién era el del triunfo; pero en ese momento, el clavadista mexicano Antonio Mariscal, que no pudo reprimir su entusiasmo, vestido se echó al agua y con un abrazo me dio la noticia felicitándome. La escena se desarrollaba en la piscina de un hermoso parque situado en las cercanías de Akron, Ohio, aquella tarde lejana del 12 de Agosto de 1945, y….. El acontecimiento no tenía precedente: Alberto Isaac, se coronaba monarca de 100 metros nado libre, en el Campeonato Nacional de la Unión Atlética Amateur de Estados Unidos, realizando con ello la hazaña aún más notable de natación, ya que la historia no había registrado el caso de que un mexicano se ciñera una corona de Norteamérica.
Las cámaras cinematográficas recogían la figura larguirucha del campeón, los fotógrafos de prensa lo hicieron víctima de sus fogonazos y…. los gringos –confundidos por el físico de Alberto Isaac – se felicitaban unos a otros. ¡! ¡¡¡Suponían que se trataba de un norteamericano!!! ….Al día siguiente el nombre de Alberto Isaac fue inserto en los órganos periodísticos más importantes del mundo, que en lugar destacado comentaron con elogios “la notable hazaña del pez rubio humano de Colima”. Y en México, “El Universal” y “Excélsior”, dieron la noticia en la primera plana, con encabezado a ocho columnas.
Se consideró de mayor mérito su victoria por la serie de circunstancias desfavorables que precedieron al evento. Aquella era su primera prueba internacional y la distancia entre México y Akron la recorrió en un pequeño doy que en acompañado de Ramón bravo, Antonio y Diego mariscal, que también tomaron parte en el evento. El viaje duró ocho días y en ellos, su alimentación y descanso fue deficiente, además, tuvo que hacer reparaciones al automóvil, con el agravante de que inmediatamente al llegar, Alberto pasó las tres pruebas en un solo día: eliminatorias, semifinales y finales. En la última, había de ser declarado campeón de los estados unidos.
Entonces, Robert Kiputir famoso entrenador, le ofreció llevarlo a la Universidad de Yale, con una beca y con la promesa de hacerlo campeón mundial en la próxima olimpiada que se efectuaría en Londres; pero “La Flecha Colimense”, decidió regresar a México y a su llegada a la capital se le hizo objeto de una recepción apoteótica, en la que había de recorrer en automóvil abierto las principales arterias de la metrópoli en medio de una multitud que lo ovacionaba delirante con ¡!! Ala-bios!!! ¡!!Alabaos!!! arrojándole a su paso confeti, serpentinas y flores….
Con esa victoria, la natación mexicana -que por esa época se encontraba estancada- subió un peldaño más hacia la cúspide, por lo que Alberto Isaac fue declarado el Atleta del Año. Por esos días, la popularidad de Alberto Isaac era enorme y los buscadores de astros de la cinematografía quisieron llevarlo a la pantalla, con un argumento parecido a las películas de “Tarzán”; pero “No me gustó la pachanga, y me puse muy caro para que no se hiciera nada”. Su impulsión en el agua era elegante, con movimientos rítmicos y mesurados, de tal modo que tenían la apariencia de lentos, pero que resultaban siempre de gran efectividad, siendo estos el original del mote de “La Flecha Colimense”, porque ciertamente parecía una saeta humana surcando las aguas.
Insólito es el caso de este deportista Colimote que por más de una década fue considerado como la figura de mayor relieve en la natación mundial, puesto que durante su carrera meteórica hizo una verdadera colección de cetros y coronas…..Fue campeón de México, en 100, 200, y 400 metros libres, con récords en todos…. su récord de 100 metros, con 50 segundos, 7 décimas, ha sido igualado, pero no superado; y el título de monarca nacional lo ostentó durante doce largos años, de 1941 a 1953, en que había de retirarse invicto.
El dos veces fue Campeón Centroamericano, (en Barranquillas, Colombia, en 1946 y en Guatemala en 1950)….. Campeón de Cuba en 1945… Realizó viajes dando exhibiciones por toda Europa en 1948, después de la Olimpiada en Londres y al terminarse los Juegos Panamericanos en Buenos Aires – también en 1948 – recorrió Brasil, Chile, Uruguay, etc. Después fue a Japón………. Hawái,……..Helsinki en 1953, en la última Olimpiada en que participó.
Y si Alberto Isaac no fue campeón mundial – de hecho, lo fue, puesto que Estados Unidos siempre ha tenido los mejores nadadores del mundo- se debió por qué no decirlo, a su negligencia, a su apatía al deporte, a que nunca se resignó a pasarse los días en el gimnasio y la piscina entrenando, para así poderse conservan en forma, como lo hacen los deportistas consagrados, y estar en condiciones de seguir elevando mayores alturas.
Ya desde niño, Alberto dejaba ver lo que más tarde sería; y con sus hazañas de infancia podríamos parodiar la canción de “Pachá López”; porque a los seis años nadaba en toda las albercas de Colima y su sola presencia atraía numeroso público; a los 7, tomó parte en un concurso de natación en Manzanillo, obteniendo tres primeros lugares en diferentes pruebas; a los 8, recibió nociones de dibujo, de la estimable maestra Angelita Betancourt; a los 9, la revista “Don Timorato”, que por esa época se editaba en esta capital, le premió con 50 pesos unos “monos” y se le hizo colaborador esporádico de la mencionada publicación; poco después se le expulsó de la escuela, por la afición arraigada que el discípulo tenía de estar haciendo caricaturas de las señoritas, maestros y compañeros de clase, originándose con ello situación verdaderamente chuscas y a la vez molestas o enojosas, ya que mientras unos se morían de la risa, otros, coléricos ponían el grito en el cielo, porque las citadas caricaturas tenían líneas tan propias y particulares que a primera vista se sabían de quién eran.
Hizo sus estudios primarios el escuela “Juárez”, Secundaria y Normal en la Universidad de Colima, donde obtuvo el título de maestro, prestó sus servicios como Profesor del Estado únicamente un año, porque deseoso de hacer carrera como dibujante y en busca de horizontes más amplios, vino a México en octubre de 1944.
Primeramente trabajó para algunas agencias de publicidad, luego fue a los Estados Unidos y, cuando regresó, había de entrar por la puerta grande al periodismo nacional, puesto que el gran diario de México, “El Universal”, lo llamo para que escribiera una serie de 30 artículos que ilustró con caricaturas, narrando sus impresiones sobre el viaje. Hoy produce una caricatura diaria para 28 periódicos de la cadena García Valseca, (“El Sol de Guadalajara”, “El Sol de Puebla”, etc.), de la que es Director de Relaciones Públicas. Es también Director de “El Sol de Bucareli”, quincenal especializada en publicidad; y Subdirector de la sección verde (espectáculos), del diario “ESTO”.
Con frecuencia lo vemos a través de las pantallas de televisión, alternando con los haces de la caricatura: Freyre, Guasp y Cabral, en “Duelo de Dibujantes”, programada de excelente calidad. Y no contento con la fama que ha conquistado, va por otros rumbos del arte en busca de nuevos laureles. “Ahora sólo me interesa perfeccionarme en la pintura al óleo….. y algún día reintegrarme a Colima… Pero; el Güero Isaac esta caído… Si… ¡Ha sufrido el nocaut de su vida!…. se acaba de casar y con ello dejará de contestarnos como socarronamente lo hacía….. ¡casarme yo!……. ¡yo casarme!…… no hombre PRIMERO VIUDO, QUE CASADO. Escrito por José Hernández Corona. México D. F. Julio de 1956. “Ecos de la Costa”.