CINISMO – TAREA POLITICA
José Luís Santana Ochoa
El del bilingüe egresado del ITAM y Essex University, miembro distinguido de la clase ilustrada de Colima y Young Global Leader, José Ignacio Peralta, quien ante los diputados integrantes de la LX Legislatura Local en el acto de entrega de su último informe de gobierno celebrado el día 1 de noviembre de 2021, se atrevió a decir “no descansé ni un solo día por tener un mejor Colima, un Colima mucho mejor que cuando recibí la administración”, sabiendo que todo mundo conoce y reconoce que la mayor parte de su mandato 2016/2021 como gobernador del estado, se la pasó del tingo al tango en viajes de placer nacionales y al extranjero, y otras frivolidades , para evadirse de los graves problemas de violencia, salud y penuria económica de las familias colimenses, incluidas aquellas que le creyeron la promesa de campaña de que con él en la gubernatura vivirían seguros y felices.
“Parece que la vida se ensañó conmigo”, se queja José Ignacio, cuando quienes se ensañaron con los colimenses fueron sus padrinos que se lo impusieron como gobernador: Luis Videgaray y Caso, y Enrique Peña Nieto. A ellos debe reclamarles Pepe Nacho las tribulaciones de los dos procesos electorales que tuvo que sortear para llegar a Casa de Gobierno y Complejo Administrativo, también, el estado en quiebra que supuestamente recibió de Mario Engaños, “el acceso cerrado al crédito, una sociedad fracturada y dividida, y la violencia que le creció exponencialmente”, mismos males que le heredará a su relevo Indira Vizcaíno Silva.
La administración peraltista se ensañó con sus trabajadores y proveedores sin palancas, y la Universidad de Colima, pero basificó laboralmente a más de cien de sus colaboradores queridos, repartió notarias y concesiones de taxis a sus amigos y cómplices, y le entró con fe al bailazo de los “moches, entres o comisiones” sobre obra pública, adquisiciones y transas inmobiliarias, nada de lo cual detectarán los auditores de la 4T, así se haya hecho de más propiedades que el ajo y en nopal juntos. Las tronantes palabras de la Morena diputada local Viridiana Valencia Vargas de que “los legisladores de Morena y sus aliados que integran el 60a Legislatura no serán tapadera de ningún gobierno en turno”, ya se las llevó el aire.
“Enfrentamos la peor crisis nacional de seguridad en la historia moderna, con profundos efectos en la vida colimense. Además, brotó la pandemia ( que a López Obrador le cayó como anillo al dedo) , el acontecimiento de salud más dramático en el mundo en más de un siglo, con efectos adversos no sólo hacia la esperanza de vida, sino hacia el desarrollo económico y la estabilidad financiera de sociedades e instituciones”, se queja el gobernador Peralta con quien la vida se sosañó a pesar de que él “no descansó ni un sólo día” de los dos mil dos mil setenta transcurridos desde el 11 de febrero de 2016 al 30 de septiembre de 2021. Y menos lo hará en los 25 que le quedan.
José Ignacio duerme tranquilo sabedor de que el ensañamiento de la vida con él no llegará al extremo de quitarle los ahorritos ni propiedades, muebles e inmuebles, que ha acumulados como gobernador de Colima, mucho menos enjuiciarlo penalmente. Al contrario, no se sorprendan de que Andrés Manuel López Obrador lo incorporé a su equipo de ex gobernadores de oposición.
EL ACABO
Bien por el ex Secretario de Planeación y Finanzas de la administración peraltista y diputado local, Carlos Arturo García Noriega, al declarse puesto y dispuesto a “aclarar los señalamientos que se le hacen al cierre del gobierno de Ignacio Peralta Sánchez”, convencido de que “es importante que la ciudadanía sepa la situación, cómo está y cómo se fue dando, explicar y poder ampliar los datos que quisieran tanto los legisladores como cualquier ente fiscalizador”.
Ya de salida, José Ignacio Peralta confía que los mejores jueces para su administración serán los ciudadanos y la propia historia, y que una vez que “se hayan serenado las pasiones que prevalecen”, se arribará a juicios más serenos y objetivos. ¡No pos’sí¡