CONTRASTES – TAREA POLÍTICA
José Luís Santana Ochoa
La elección de la nueva dirigencia del Partido Acción Nacional que, de acuerdo con los resultados de las elecciones presidenciales celebradas el domingo 2 de junio de 2024, vale 9 millones 644 mil 918 votos, por debajo de los 15, 989, 636 que recibió en las del año 2000, y mucho más lejos de los 35.9 millones con que Claudia Sheinbaum Pardo les ganó la partida, se llevará a cabo con la participación de todos sus militantes. En cambio, la del Partido Revolucionario Institucional y sus 5 millones 736 mil 759 sufragios que se llevó a cabo el domingo 11 de agosto de 2024 la decidieron unos 500 consejeros nacionales tricolores reunidos en asamblea electiva, el 97% de los cuales sufragó a favor de la reelección de Alejandro Moreno Cárdenas.
Así el acuerdo institucional, serán 277 665 militantes panistas quienes con sus votos libres y secretos habrán de elegir a quienes tendrán el reto y la oportunidad de recuperar la competitividad electoral perdida por su partido político que merece mejor suerte, y que obligado está a resurgir y a volver a ser atractivo a los electores que en tiempos idos le dieron su respaldo quizá sin merecerlo ni haberles correspondido siendo gobierno. Los próximos años serán cuesta arriba para el panismo nacional como lo fueron los tiempos anteriores a su llegada a los cargos públicos, al poder, en los sexenios salinista y zedillista.
Como el número total de militantes panistas apenas supera los 260 mil 85 ciudadanos que la Ley Electoral establece como número mínimo para conservar el registro, los futuros dirigentes del Partido Acción Nacional, para no desparecer del mapa, deberán abrir las puertas azules que durante muchos años han mantenido cerradas con tres candados al ingreso de nuevos miembros. Ya lo sentenció uno de quienes pretende dirigirlo los próximos tres años, Jorge Romero Herrera: “la derrota electoral obliga a relanzar al partido, que ahora tiene que abrirse sí o sí a la ciudadanía, pero ya en serio, ya no puede ser eslogan o un discurso”. ¡No pos’ sí!
La cuarteta por la grande del PAN la conforman el mencionado Romero Herrera, Adriana Dávila Fernández, Damián Zepeda Vidales y Kenia López Rabadán, todos a favor de un nuevo Partido Acción Nacional con democracia interna plena, apertura a la participación ciudadana y orientado hacia la gente y sus causas, además de ser opositor inteligente, promesas de campaña que ojalá cumpla quien gane la contienda interna por la dirigencia nacional panista, pues podría ser la última oportunidad que se le presente.
La disputa de la dirigencia nacional del PAN entre los cuatro contendientes mencionados en el párrafo anterior pondrá a prueba la fortaleza de su democracia interna, su madurez y civilidad. Si la pasan, podrán ir al encuentro de la oposición ciudadana que se expresó en las runas el domingo 2 de junio para sumarla a sus filas de cara al futuro. En línea con la elección nacional panista por el voto directo y personal de sus militantes, a finales de este año 2024 se llevarán a cabo las estatales como de la Colima cuyas ediciones 2021, 2018 y 2015 fueron abiertas a sus militantes.
EL ACABO
El todavía por cuarenta y cinco días más presidente de la República, Andrés Manuel López, nunca hizo ejecutar orden de aprehensión alguna en contra de Ismael Mario Zambada García porque “detener a los capos de la droga no erradica el narcotráfico, mientras que atacar las cusas del fenómeno busca que no haya violencia”. Lo mismo aplica a secuestradores, extorsionadores y asesinos, habría que colegir.
La sustracción del Señor Zambada García por parte del gobierno de los Estados Unidos de Norte América y la previsible caída del dictador venezolano Nicolás Maduro Moreno tienen acalambrados a los 4treros porque saben lo que les viene en camino.
En lugar de limitarse a tragar camote sin hacer gestos porque los gringos lo cogieron como al Tigre de Santa Julia, el Peje sigue enredándose con declaraciones sin ton ni son sobre el tema, que si fue entrega negociada, que su gobierno ni las manos metió, que si lo secuestraron, etc. Lo único cierto es que ya no pudo seguir protegiendo a Don Mayo.