COLIMA

DESTACADOS COLIMENSES QUE EMIGRARON A OTROS PAÍSES, COMO ES EL CASO DE NOÉ OSVALDO FONSECA

En distintos países del mundo se encuentran radicando colimenses destacados, como es el caso de Noé Osvaldo Fonseca Corona, quien vive en la ciudad de Lexington del estado de Kentucky, en los Estados Unidos.

En 1991 sus papás Javier Fonseca y Victoria Corona, decidieron buscar un mejor futuro y emigraron a los Estados Unidos y en 1994 su hijo Noé pudo visitarlos, pero no fue hasta que concluyó su carrera que decidió irse a vivir con ellos.

Noé Fonseca cursó su educación primaria en la Escuela Balbino Dávalos, los primeros años y los últimos tres en la Doctor Miguel Galindo; hizo la secundaria en el grupo C de la escuela Manuel Sandoval Vallarta, mejor conocida como La Ochenta; realizó su preparatoria en el Bachillerato No. 1, para finalmente titularse como licenciado en Comunicación Social, egresando de la Facultad de Letras y Periodismo de la Universidad de Colima.

En un principio su idea de irse a Estados Unidos era sólo para trabajar, juntar algo de dinero, regresar a Colima y continuar con sus planes, una vez allá, le gustó la ciudad y su forma de vida. A pesar de no contar con mucha comunidad latina, Lexington es un lugar super tranquilo, con muy poco tráfico, lo que hace que los trayectos sean muy cortos. Además de tener una similitud muy particular con Colima: Sus habitantes son muy amables, su trato siempre es cordial, pues aunque no te conozcan, siempre te sonríen o te saludan.

En este sitio las estaciones del año son muy marcadas y en el tiempo de verano, como es este, los paisajes son simplemente espectaculares, con praderas verdes en las que se pueden observar impresionantes ejemplares de caballos pura sangre, que han hecho justamente que esta ciudad sea reconocida por su vocación para la cría de caballos de carreras y pura sangre.

Desde hace 17 años, Noé Fonseca trabaja en una fábrica dedicada a producir quemacocos para autos, en donde es capitán del equipo de producción. Aunque su horario es pesado, ya que ingresa todos los días a las 3:30 de la mañana y sale a las 4:00 de la tarde, dice que ya está habituado y disfruta hacerlo, pues a pesar del tiempo que lleva ahí, cada día aprende algo nuevo.

Sebastián, su hijo, de 18 años de edad y estudia Ciencias Políticas en la Universidad de Kentucky. Además, su lugar de residencia está a unos 20 minutos de donde viven sus papás, por lo que le resulta muy conveniente quedarse un tiempo en este lugar.

Noé quizá en un futuro, pero de momento no tiene ningún plan de regresar a vivir a Colima, pero cada puede, regresa a nuestra ciudad a disfrutar de los amigos, de nuestras playas y como buen colimense, a disfrutar de unos ricos sopitos y unas deliciosas enchiladas dulces.

Como todos nuestros paisanos que emigran, ha tenido temporadas muy buenas y otras no tanto, como cuando por cuestiones de su situación migratoria tuvo que esperar 12 años para poder regresar a Colima, lo que dice fue muy duro; sin embargo, este período le dio oportunidad de añorar esta tierra que lo vio crecer.

Noé está casado con Elsa Voskuhl, con quien también comparte su gusto por el ejercicio, porque es un deportista nato. La disciplina y el gusto por el deporte lo han acompañado a lo largo de toda su vida; es un excelente jugador de basquetbol, igual que su hermana Mónica y de futbol en sus años estudiantiles.

La historia de Noé nos recuerda cómo la vida nos va redireccionando hasta ubicarnos en el lugar indicado. Sin esperarlo o planearlo, Noé encontró su destino lejos de nuestras fronteras a miles de kilómetros, pero por muy lejos que se encuentre, a donde quiera que va, lo dice sin titubear: Como Colima no hay dos. Y tiene razón.