OPINION

EL FARO DE CAMPOS EN MANZANILLO

Por: Víctor Manuel Martínez

El faro de Campos es una obra de la infraestructura marítima del puerto de Manzanillo, que sirve a la navegación de uno de los puertos más activos del país, ya que nuestra terminal es la que moviliza más contenedores para importación y exportación.

PRIMER INTENTO DE DOTAR A MANZANILLO DE UN FARO

Desde que Manzanillo nació en el año de 1825, como algo natural en todas aquellas poblaciones costeras con vocación portuaria-comercial, se pensó en dotarlo de un faro; por lo que durante la segunda mitad del Siglo XIX se empezaron a traer los materiales necesarios para su construcción.

Pero, cuarenta y siete años después de haberse fundado el puerto, el 9 de febrero de 1867, a las diez de la noche, se suscitó un fuerte incendio, que causó la destrucción de dos manzanas del entonces pequeño puerto, afectando, entre otros predios, a aquel en donde se encontraba la aduana, dañándose el faro que ahí estaba depositado con miras a instalarse en su ubicación en la zona de Ventanas.

Los materiales que se utilizarían para ello, se encontraban empaquetados en la playa, frente a la Aduana, donde se creía que estaban seguros. Hay que decir que eran muy costosos, ya que eran de importación. Antes que pudiera hacerse algo para salvarlos, ya habían sido pasto del fuego.

EL FARO PORFIRISTA

Y EL TEMBLOR DE 1932

La edificación tan necesaria por fin se hizo realidad, como muchas otras importantes obras en Manzanillo, durante el gobierno del Gral. Porfirio Díaz, habiéndose comprado las piezas en Francia, y siendo construido entre 1903 y 1906, en colores blancos y con una belleza arquitectónica notable. Su ubicación fue sobre el cerro al norte de la playa de Campos.

Sin embargo, el 13 de junio de 1932 se registró un fuerte terremoto en la región, el mismo que derribó la antigua presidencia municipal de Manzanillo, abrió la boca de la laguna de San Pedrito comunicándola con el mar y generando un maremoto que afectó una gran parte del litoral, y muy especialmente a Cuyutlán. Éste causó que el Faro de Campos se averiara gravemente.

EL FARO MODERNO, UNO

DE LOS MÁS ELEVADOS

Rápidamente el gobierno federal hizo las reparaciones necesarias, y en 1939, siete años después, pudo ser reinaugurado. El diseño del faro, sin embargo, distó del original, ya que se pensó en hacerlo funcional, pero no se le dotó de belleza arquitectónica.

La torre del faro tiene una altura de doce metros, y su luz alumbra a cuarenta kilómetros a la redonda, estando en un sitio privilegiado para su función, ya que la construcción está a doscientos veinte metros sobre el nivel del mar. Desde ahí se tiene una vista privilegiada, tanto que, a un costado, se habilitó un mirador con una vista imponente.

Desde hace algunos años, es posible subir hasta su entrada en carro a través de un buen camino pavimentado; pues, anteriormente, se subía por una brecha de tierra. Se encuentra a quinientos metros por mar del Canal de Ventanas y a diez minutos en automóvil del Centro Histórico de Manzanillo.

Desde hace unos años, existe una colección museográfica de piezas antiguas diversas, entre ellas, vestigios arqueológicos, y modelos o reproducciones a escalas de embarcaciones de distintas épocas.

EL FARO DE CAMPOS, LUGAR

DE AVISTAMIENTO DE OVNIS

Desde nuestro faro puede admirarse la inmensidad del océano, los verdes palmares, las quietas aguas de la laguna de Cuyutlán y una porción de la cercana ciudad de Manzanillo.

La playa Campos, junto a donde se encuentra esta infraestructura de servicio marítimo que administra la API, inicia después de unos enormes acantilados. Por encontrarse en mar abierto, esta playa no es recomendable para nadar, aunque hay algunos surfos que se animan a torear las olas. Por lo general son parajes solitarios.

El hermoso camino de acceso al faro de Campos está rodeado de exuberante vegetación. Desde ahí se contempla un panorama impresionante. Por un lado se puede observar parte del puerto de Manzanillo y el océano en toda su extensión y, por otro, una costa interminable donde se pierde la vista y, paralela a ella la laguna, fundiéndose ambas en la vegetación dominada por palmeras. Es un mirador privilegiado que permite disfrutar de una visión espectacular.

Su altura la hace muy visible desde lejanas distancias por las embarcaciones que vienen a Manzanillo o que pasan por la costa. La playa de Campos, mide varios kilómetros de largo, tiene una extensión regular y posee una arena de color gris claro. Está rodeada por grandes peñascos ahítos de vegetación. Es el lugar de la leyenda de El Gentil, pero más recientemente un punto de observación de Objetos Voladores No Identificados. Desde la construcción de la planta termoeléctrica de Campos, en un punto cercano, los trabajadores reportaban ver hacia el mar objetos brillantes aparecer y desaparecer, sobre todo cuando ya caía la parte.

EL TEMBLOR DEL 95

Pero, definitivamente, el despegue del gran número de avistamientos se da a partir de 1995. Minutos antes del gran terremoto del 9 de octubre, poco después de pasar las 8 de la mañana, empezaron a darse extraños fenómenos en los alrededores de El Tapo de Ventanas y la Playa de Campos, donde se encontraban muchos pescadores. Se veían extrañas luces de colores fosforescentes salir del mar y cruzar el cielo.

Cerca de las 8 y media de la mañana de repente, al ver hacia el mar, muchos pescadores, trabajadores de la termo, habitantes de Villa Florida y la comunidad de Campos, observaron de pronto una enorme llamarada salir del fondo del mar frente a las playas de Campos y Ventanas. Parecía como si estuviera naciendo un volcán. Muchos así lo pensaron. La llamarada se elevó a gran altura con gran luminosidad, y a las 8 de la mañana con 36 minutos la tierra se cimbró con uno de los peores sismos que recuerdan haberse registrado en nuestra historia.

Aunque estas luces y destellos pueden fácilmente explicarse por la gran cantidad de energía liberada, hay que decir, según las personas que estudian estos fenómenos, es a partir de entonces que los avistamientos de Objetos Voladores No Identificados en la zona se multiplicaron.

Cientos de manzanillenses los han visto sobrevolar el lugar. Un apasionado del tema, el desaparecido buen amigo, trabajador de El Noticiero Manzanillo, el finado Tacho Muñoz, junto al periodista Antonio Vázquez padre, realizaron memorables programas radiofónicos que todo Manzanillo escuchó, donde acudieron por la noche a ese lugar para observar los Ovnis.

Aquellas emisiones de Secreto a Voces hicieron a más gente interesarse en el tema, trascendiendo el interés a todo el estado. Excursiones de conocedores y curiosos se formaron. Un conocido ufólogo local conocido popularmente como El Tractor, asiduamente ha acudido al lugar junto a otras personas y sólo para presenciar el fenómeno. Ahí se han captado no tan sólo imágenes en video, sino incluso tomas de video excepcionales.

Incluso, el mundialmente famoso ufólogo mexicano, el más importante investigador del fenómeno, Jaime Maussan, ha presentado imágenes de Ovnis sobrevolando la planta termoeléctrica, y uno de estos videos aparecía en la entrada de su programa “Misterios del Tercer Milenio”.

El grupo Los Vigilantes lo tienen marcado como uno de los principales puntos de observación de platillos voladores en el país. Hace algunos años, incluso, aparecieron publicadas fantásticas teorías que hablaban de que había una base submarina de Ovnis frente a estas playas, y otra decía que se acercaban para robarle energía a la termoeléctrica.

La oscuridad casi total que reina en torno al Faro de Campo permite no sólo ver estos objetos, sino incluso las estrellas, por lo que también es apto para quienes gustan de la astronomía.

Más de cien años después, el Faro de Campos sigue guiando la ruta de las embarcaciones que se acercan a nuestro puerto.