OPINION

ESCUELA DE FORMACIÓN ACADÉMICA LEGISLATIVA (EFAL)

En pleno siglo XXI vemos como los y las legisladoras, tienen problemas de legitimación social, en muchos de los casos se ha dicho y así queda demostrado, la falta de oficio legislativo y es que en su gran mayoría vienen del seno de la sociedad sin experiencia en esa función (en el mejor de los casos les dan un curso intensivo y muy superficial sobre la función legislativa) y por eso, al llegar a sus curules, fallan en su actuar, esta deformación legislativa no tiene porque pagar la la sociedad cuando puede evitarse; por eso es necesario que exista como en los sistemas de justicia que tenemos escuelas judiciales (No todos) los legislativos debieran tener para una capacitación permanente, e incluso a personas interesadas en esa actividad una escuela de formación académica legislativa.

La EFAL vendría a cubrir en muchos de los casos esa deficiencia y evitaríamos que llegar a gente improvisada a cumplir una función trascendental para la democracia y el bienestar de una sociedad que reclama cada vez más legisladores profesionales.

Estas instituciones académicas, son indispensables, sobre todo ahora que, entramos a la era digital y en donde los mecanismos que se utilizan ante los órganos legislativos, son desconocidos para la gran mayoría de sus integrantes, por eso ahora resultaría fundamental que exista esta institución para fomentar la calidad democrática.

De igual forma ayudaría de manera muy importante, a enseñar la verdadera esencia de un legislador o legisladora en el ejercicio de su función, en donde su actuar debe estar apegado a la Constitución local y federal según sea su nombramiento, pues en muchos de los casos, no son profesionistas o en ocasiones cuando lo son, tienen una carrera ajena al sistema legal y esto les dificulta llevar a cabo su función.

Por otro lado, estas instituciones académicas, tienen una función fundamental en la capacitación permanente de todo el personal del sistema legislativo y mantendrían el compromiso de enseñar la función legislativa exclusivamente de interés social.

Tener experiencia legislativa tradicional o una profesión académica, no es lo mismo que ser un profesional en materia parlamentaria, y lo que hoy ocupamos es el desempeño profesional, eficiente y productivo de un sistema legislativo, como un poder dentro del principio de división de poderes, de ahí que resulte interesante que los órganos legislativos y en especial los partidos políticos tienen que modernizarse y para ello resolver uno de los problemas que son su talón de aquiles, como lo es la desconfianza social, pero esta tiene un origen muy visible, se debe a que, la sociedad los considera como instituciones alejados de su función y que no lo representan; una institución académica que los capacite para su esencia natural, que ésta está identificado en el artículo 39, 40, 41 y 116 de la Constitución mexicana y muy específicamente en la carta democrática interamericana, un convenio internacional que México ha adoptado como instrumento jurídico para respetarlo y fomentar la consolidación eficiente de los partidos políticos y como consecuencia de la democracia.

Valdría la pena que las organizaciones políticas, partidos y órganos legislativos en México fomentaran la creación de este tipo de instituciones académicas a fin de modernizar y hacer eficiente el trabajo legislativo.

Lo anterior debido a que entraremos a la etapa moderna de México y ya no se justifica que en ninguna institución pública el desempeño de una actividad social por alguien inexperto y aquí ocurre mucho, no porque no tengan estudios o una profesión, sino porque no tienen una carrera profesional de carácter legislativo que los ayude a desempeñar esa función pública que hoy reclama como en cualquier otra función de interés social que la desempeñe gente profesional, personas con méritos y capacidades en el cargo público que van a realizar, eso es lo que nos exige la democracia contemporánea y por eso debemos de transitar así, a esta estadía; de hacerlo, la modernización legislativa saldaré una cuenta de carácter social en nuestro país; ¿cuál es? Que los integrantes de las legislaturas sabrían exactamente que sus funciones se tienen que hacer exclusivamente para el bienestar social eso lo dice la Constitución y hace falta que así se entienda y que así se haga, con esto estaríamos pasando a un Estado que ejerce y garantiza la democracia real.

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