EXORCISMO A UN JOVEN DEL CHICAL
Allá por el año de 1960, aproximadamente, dos padres de familia originarios de la comunidad del Chical, acudieron desesperados en busca del padre Matellito a la parroquia de San Pedro Apóstol en Coquimatlán. Matellito, recibió a la señora y al señor, los entrevistó a ambos padres, para saber cuál era el asunto del que necesitaban de su ayuda, ellos le dijeron a Matellito, que su hijo andaba mal, puesto que en su casa sucedían cosas paranormales, sin alguna explicación, con mucha preocupación, le suplicaron al canónigo que les apoyará, puesto que ellos se imaginaban que su hijo, un joven del cual se desconoce su edad, estudiaba la magia negra.
Al otro día, el padre Matellito, y su monaguillo el señor Pedro Angulo, se dispusieron a ir en busca de aquel joven a la comunidad del Chical, con los santos y señas que le habían dado los padres de familia, a Matellito le sería más fácil dar con el muchacho.
Cuando iban en el camino montados en el caballo de Matellito, el monaguillo Pedro Angulo se aventó del caballo, cruzando de un salto un alambrado de púa, quedando del otro lado del camino. Al ver dicha acción, Matellito, le preguntó; ¿pero muchacho por qué saltaste así del caballo? Le contestó asustado su monaguillo: ¿Padre no vio el toro negro y grande?, ¿el qué nos iba a cornear a los dos? Por lo que le dijo, Matellito; ¡vente!, ¡súbete al caballo que no es nada! Pero lo cierto es que el demonio, ya los acechaba por ir en busca de aquel muchacho.
Al avanzar por el camino, ya casi por llegar al río Armería, vieron que el muchacho iba pasando por un potrero, cercano al camino donde iba el padre Matellito y su monaguillo, asimismo, se percataron que el joven cargaba con él, un morral donde llevaba los libros de la magia negra. Matellito le habló; ¡muchacho, a ti te andamos buscando! Al llegar al río Armería, éste iba bien crecido, no pudieron pasar hacia El Chical, entonces, Matellito, les dijo; ¡muchachos nos regresaremos a Coquimatlán! Así que dieron la vuelta, y se regresaron rumbo a la parroquia de San Pedro.
Al llegar al templo, el padre les dijo a todos sus monaguillos, los cuales dormían en la parroquia; ¡todos dormirán en esta habitación, pero, el joven del Chical, dormirá aquí, sólo, en la biblioteca! En realidad, la biblioteca era un lugar sagrado, donde Matellito hacía oración, en ella se encontraban libros benditos como; biblias, rosarios, y otros libros de oración.
Cuando todos se fueron a dormir, y Matellito, se fue a su habitación, se quedó todo en silencio, en eso, de la nada, se empezaron a escuchar ruidos horribles que salían del interior de la biblioteca, entre ellos, gritos y lamentos tenebrosos del muchacho que ahí dormía, como sí estuviera poseído.
Todos los monaguillos corrieron a ayudarlo, pero, no pudieron abrir la puerta, empujaron con fuerza, pero, era inútil, así que corrieron a buscar a Matellito, al llegar a su habitación, encontraron a Matellito de rodillas, sobre un costal de ixtle de maguey, haciendo oración.
Todos, agitados y asustados, le dijeron; ¡padre, padre, el muchacho del Chical, está gritando desesperado, pide ayuda, perece que le están haciendo daño ahí dentro! ¡quizás está poseído! Matellito, contestó; ¡déjenlo que pagué sus culpas!, ¡váyanse a dormir!
Al poco tiempo, seguían los lamentos de aquel muchacho, nadie podía dormir, así que fueron de nuevo con Matellito; y le suplicaron que le ayudará, Matellito aceptó ir a ayudar al joven, se puso de pie, y acudió hasta donde se escuchaban los lamentos dentro de la biblioteca. Matellito, extendió el costal de ixtle, en frente de la puerta de la biblioteca, se hincó a orar con toda su fe, y todo su corazón como sólo él lo sabía hacer.
En eso, la puerta se dio de azotes, hasta que se abrió sola con gran estruendo, ahí apareció aquel joven, que de rodillas ante Matellito, suplicó su perdón. Matellito, le dijo de inmediato; ¡trae tus libros de la magia negra, hay que quemarlos en este momento!
Después de quemar los libros que tenía el joven, todo quedó silencio, se fueron a dormir, ya todos en grupo, Matellito, se fue a su habitación.
Al otro día, Matellito, le dio la bendición al joven, y le dijo; ¡ve muchacho, ya te puedes ir a tu casa, ve, y no vuelvas a pecar! Así que el joven se marchó rumbo al Chical.
Recopilación: Coquimatlán, Colima.
Año: 2024.
-Prof. Omar Covarrubias, Cronista Municipal de Coquimatlán.
Fotografía del padre Matellito, tomada de la red.
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