COLIMA

GANAN MEDALLA DE PLATA Y DOS DE BRONCE ALUMNOS DE LA UDEC, EN COMPETENCIA INTERNACIONAL

*Estudiantes de la Facultad de Ciencias compitieron contra 346 trabajos de estudiantes de todo el mundo, en la University Physics Competition.

 

Una medalla de plata y dos de bronce ganaron alumnos de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Colima al participar en la University Physics Competition, realizada en noviembre de 2020 y cuyos resultados se acaban de dar a conocer, en la que compitieron contra 346 trabajos de estudiantes de física de todo el mundo.

 

Esta competencia, en la que cada año participan con éxito alumnas y alumnos de la Facultad de Ciencias, es organizada por universidades de Estados Unidos y Canadá. En ella pueden competir jóvenes de licenciatura de cualquier parte del mundo y consiste en resolver, en equipo, uno de los dos problemas que plantea esta competencia en un plazo máximo de 48 horas.

 

En esta edición, la número once, la medalla de plata fue para Itzelli Salazar, Julio Gil Gutiérrez y Pavel Morales-Medina, estudiantes de quinto semestre de física, y la de bronce para dos equipos, el primero de ellos integrados por las alumnas de tercer semestre de física Viridiana Abigaíl Márquez Dávila, María Fernanda Torres Cabrera y Carolina Estévez Loza, de Matemáticas, y el segundo conformado por Miguel Ángel Soto Alcaraz y  José Luis Valdez Seda de física de tercer semestre y Victoria Guadalupe Valdez Prudencio, de matemáticas de cuarto semestre.

 

Para la competencia del 2020, las y los organizadores plantearon dos problemas: Impulsores de iones a Saturno y Estabilidad de un cuadricóptero en el viento. En el primero la idea era colocar una nave espacial, que se encuentra orbitando la Tierra, en una órbita circular alrededor de Saturno. Las preguntas a resolver eran: ¿cuál es la cantidad mínima de combustible que se necesita? ¿Cuál será la duración del viaje? ¿Cómo se deben controlar los propulsores durante el viaje?

 

En el problema dos, se pedía determinar la velocidad máxima del viento para el funcionamiento seguro de un dron, de modo que pueda permanecer dentro de los 20 centímetros de la ubicación del objetivo. Aquí debían considerar que el viento real no es constante y varía en magnitud y dirección.

 

Itzelli Salazar, Julio Gil Gutiérrez y Pavel Morales platicaron su experiencia en esta competencia; “creo que es un buen ejercicio de lo que hace un científico, porque son problemas prácticos, pero que nos enseñan a que tenemos que ser rigurosos con los datos, a trabajar en equipo y bajo presión, pero siempre cerciorándonos de los pasos que tenemos que dar”, dijo Itzelli.

 

“También nos enseña –agregó– que la ciencia no se hace sola, que siempre tienes que tener a alguien que discuta tus ideas y quizás trate de refutarlas. Esto nos sirvió para trabajar en equipo y para saber cómo debes hacer un documento, que es lo que hacen los investigadores; también nos dio una idea de que tienes que justificar bien lo que haces y no sólo dar ideas al aire”.

 

El problema que decidieron resolver fue el primero; “lo que hicimos fue dividirlo en partes, primero en cómo lo íbamos a llevarla a Saturno; una vez que estuviera cerca, cómo íbamos a hacer para que llegara a orbitar el planeta y ser conscientes del tipo de vehículo que ibas a utilizar, el combustible, de cuánta masa y considerar la carga útil”, dijeron.

 

“Teníamos el conocimiento, pero también había procesos de los que no teníamos la certeza de si lo estábamos haciendo bien, pero ya discutiendo y debatiendo nuestras ideas nos dimos cuenta de que no estábamos tan equivocados. Cuando teníamos dudas podíamos preguntarnos, porque si bien el concurso permite el uso de libros o internet, no es suficiente; de esa manera lográbamos estar de acuerdo entre nosotros”, comentó Pavel Morales.

 

Algo que es importante en esta competencia, dijeron Itzelli y Julio, es que no sólo cuenta el resultado del problema, sino todo el proceso; es decir, documentarlo paso a paso, integrar evidencias, cálculos y procedimientos para poder entregar un documento final, en el que se pueda ver todo el trabajo hecho en 48 horas.

 

Para los jóvenes, este tipo de competencias no sólo los acercan al trabajo que hacen los científicos, sino que “nos hace darnos cuenta que, aunque a veces creemos que lo que aprendemos es suficiente, son las bases para lo que después necesitaremos, para lo que uno desea estudiar; siempre vas a tener que estar leyendo, aprendiendo nuevas cosas y el resultado dependerá del tiempo y la dedicación que le des”.

 

La Facultad de Ciencias inició su participación en esta competencia en 2011, y desde entonces es la única institución mexicana en haber obtenido medallas durante toda la historia de dicha competencia.