GRAFITI Y AMBULANTAJE; PROBLEMAS ESCONDIDOS A SIMPLE VISTA
Se ha vuelto común caminar por las calles, sobre todo del centro de Colima, ver fachadas pintadas con grafitis y puestos ambulantes que se multiplican en cada esquina. El grafiti se ha vuelto acto vandálico que afecta a casas, negocios y espacios públicos deteriorando el espacio y la infraestructura urbana, no solo de manera visual si no también patrimonial que genera daño económico.
La vandalización de negocios genera incomodidad y puede disuadir la llegada de visitantes o inversores. La limpieza y restauración de estos espacios representa un gasto recurrente para propietarios y autoridades.
Es importante crear espacios legales donde los artistas puedan plasmar su talento y embellecer la ciudad, además de implementar talleres en escuelas y colonias para fomentar el respeto por los espacios comunes y fomentar la denuncia responsable y la colaboración con las autoridades para proteger nuestras calles.
En lo que respecta al ambulantaje, el comercio informal trae consigo serias repercusiones, sobre todo por la falta de regulación de parte del municipio. La proliferación de vendedores sin control ha provocado que las banquetas se vuelven intransitables, afectando a peatones y personas con discapacidad.
Además los comerciantes establecidos, que cumplen con normativas e impuestos, enfrentan una desventaja significativa que los deja en una posición complicada. También, la falta de regulación en alimentos y productos puede poner en peligro la salud de los consumidores.
Sería importante que las autoridades establezcan programa de regularización de los comerciantes informales, brindar herramientas y beneficios a quienes deseen regularizarse, incentivando su integración al sistema formal
Fuente: Rostros en la Red