OPINION

INTELIGENCIA Y COMBATE  A LA CORRUPCIÓN, LA CLAVE

Con 2,252 homicidios dolosos en sus primeros 32 meses de gobierno, el de Indira Vizcaíno Silva ha sido el más violento de la historia de Colima, superando, con 791 homicidios más, a su antecesor José Ignacio Peralta Sánchez, quien en el mismo periodo tuvo 1,461 asesinatos.

Pero hay que decirlo, la gobernadora Indira Vizcaíno Silva no es la culpable de que se haya desatado la violencia en el estado aquel 25 de enero de 2022 en el centro penitenciario de Colima, donde un sangriento enfrentamiento entre dos grupos de una misma organización criminal resultó en 9 muertos y 7 heridos, siendo este el inicio de una ola de violencia sin precedente y hasta el día de hoy, imparable.

Indira Vizcaíno, una mujer con carácter e inteligente, tomó la acertada decisión, aquel día de la fatal riña, de recurrir al gobierno federal para solicitar su intervención y apoyo con el propósito de contener la violencia que ya se veía venir con todo.

Ante la petición de la gobernadora, los secretarios de Marina y de la Defensa Nacional enviaron, inmediatamente, cientos de tropas para reforzar la seguridad del estado y lo siguen haciendo, pero la presencia de las fuerzas armadas no ha sido suficiente, pues los homicidios siguen ocurriendo todos los días, en cualquier momento y en cualquier lugar, y con una tendencia siempre al alza.

Masacres, donde han sido asesinadas varias personas en un mismo lugar y daños colaterales donde mujeres, niños y ancianos, todos inocentes, han resultado heridos de bala y en algunas ocasiones hasta muertos, así como el incendio provocado de negocios y vehículos, ha generado una percepción muy alta de inseguridad en nuestro estado.

Más mil militares de fuerzas especiales (los más preparados del Ejército Mexicano) han venido a Colima a patrullar las calles, pero no han agarrado ni un resfriado y les voy a decir por qué:

Las instituciones de seguridad del estado están, todas, infestadas de corrupción, por un lado, y por otro, no existe un equipo de inteligencia estatal, profesional y dotado de tecnología avanzada, que identifique, con oportunidad, las amenazas.

Pueden venir miles y miles de militares y marinos, pero su presencia no dejará ningún resultado positivo si no se privilegia la inteligencia como el insumo básico para combatir, contener y reducir los índices de violencia, y si no se emprende un programa agresivo de depuración de servidores públicos corruptos que, desde hace varios años, forman parte de las filas de las policías municipales, estatales y de la Fiscalía General del Estado.

Es hora de que la gobernadora Indira Vizcaíno Silva exija a sus funcionarios de seguridad resultados o su renuncia, y de que le hable fuerte a los alcaldes, que nada aportan en la materia.

Tenemos una gobernadora con carácter, con voluntad para resolver los problemas y decidida a hacer lo que sea necesario para restablecer la paz y la seguridad en el estado. Ojalá que la oposición, la iniciativa privada, los diputados y alcaldes se sumen a la estrategia de seguridad, porque para criticar son muy buenos, pero para trabajar no.

*El autor es experto en seguridad con formación profesional en derecho, seguridad pública, seguridad nacional, investigación de lavado de dinero e investigación criminal, por agencias internacionales como el FBI, INTERPOL y la ONU, y por instituciones como la UNAM y el ITESM.