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LA OLA QUE DESTRUYÓ LAS ENRAMADAS DE EL CHUPADERO

No, no fueron ni las marejadas que estuvieron muy agresivas, tampoco fueron los fuertes vientos; fue una inmensa ola la que prácticamente terminó con nuestro patrimonio de más de 30 años en El Chupadero

El Chupadero es un pequeño balneario del municipio de Tecomán, donde una inmensa ola terminó con dos palapas y una casa en ese lugar durante el mes de julio

Al respecto, platicamos con el señor José Moctezuma Anzar a 6 meses de ese siniestro, quien nos aclaró “que no fueron las marejadas ni el viento lo que terminó con su patrimonio, fue una ola de 10 metros, misma que dejó solamente un playón enorme”.

Reiteró que “ese día no hubo ni viento ni marejadas; como a las 4 de la tarde vimos que el mar se puso muy tranquilo, sin oleaje en un kilómetro a la distancia, desde donde se empezó a levantar una ola y, cuando llego a la orilla tenía como 10 metros de altura”.

En ese sentido, dijo que la casa y las dos palapas tronaron y, al recogerse el agua hacía el mar se llevó casi todo, pero se vino otra vez y prácticamente los dejó sin nada; incluso, hasta tronaba la tierra; eso, lo vivió con su esposa María Rojas Cárdenas, aunque lograron rescatar un poco mueble con apoyo de personal de Protección Civil.

Comenta que, al no tener espacio, pues solamente quedó un playón, el propietario de la huerta colindante, Álvaro Leaño, le ofreció terreno para que edificara de nuevo su enramada y a seis meses de eso, con mucho esfuerzo con su esposa han parado su enramada y le agradece ese gestó, además, señala: “lo bueno que Dios nos dejó vivos para seguir adelante”.

Así que, visite El Chupadero, donde los señores José y María, que son adultos, los atienden toda la semana; ofrecen variedad de platillos de mariscos los disfruta, y de paso les apoyar para que terminen de acomodar su enramada