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LA VIRGEN DE LA CANDELARIA Y LA NIÑA , UNA HISTORIA DE AMOR Y FE DEL VALLE DE TECOMÁN.

No debería una niña ir solita en esta procesión hasta Tecomán , le dijo la tarde del 01 de febrero de 1999 una muchacha rubia a Teresita mientras la miraba con ternura . La pequeña respondió sollozando :

“ Mi mamita tiene cáncer y yo sé que si le traigo un pedacito del vestido de La Virgen de La Candelaria ella se va a curar y no se morirá “.

La joven limpió las lágrimas de las mejillas de Teresita ,luego le entregó una pequeña rosa de tela dorada con un cristal austriaco prendido en su centro.

“ Este adorno era parte del vestido que La Candelaria llevó durante su recorrido en el anda el año pasado , tal vez no lo cosieron bien y por ese motivo se le cayó ,pero afortunadamente antes que la multitud lo pisara yo lo agarré y desde entonces lo traigo conmigo, te lo regalo , no llores más mi pequeña Teresita “ .

La menor sonriendo agradeció el sensible gesto de la chica, dio la media vuelta , salió del grupo de peregrinos y se regresó corriendo por un camino de terracería hasta el rancho donde vivía con sus padres , mismo que se localizaba cerca de la carretera Tecomán- Cerro de Ortega , en ese lugar su padre laboraba de ranchero.

Gran sorpresa resultó para Teresita , cuando vio salir de su humilde casa a su madre Mariana vigorosa y con la piel luminosa ambas se abrazaron con júbilo.

-“ Mamita ya te pudiste levantar de la

cama y ya no estás tan flaquita “.

-“ Gracias a Dios mi amor de pronto me regresaron mis fuerzas y se me quitó el dolor “.

-“Y también gracias a una rosa de tela que era del vestido de la virgencita de La Candelaria y que me regaló una joven güerita que iba con los peregrinos a Tecomán “ exclamó Teresita mientras extendía su mano.

Con asombro vio su palma vacía; ¡la rosa de tela había desaparecido!.

Cuando Teresita y su madre entraron a su casa descubrieron sobre el comedor una enorme rosa amarilla, natural fresca y fragante.

La familia agradecida la noche de ese 01 de febrero acudió a Tecomán a las mañanitas a La Virgen de La Candelaria .

Teresita ,la cual a sus 7 años nunca había visto una imagen de La Candelaria; cuando observó a La Virgen en su nicho exclamó con euforia:

“ ¡ Mamá, papá, ella es la güerita que me regaló en la tarde la rosa de tela ! .

Historias Sorprendentes de Tecomán y Pueblos Hermanos.

Autor : Eduardo Calderón López.