OPINION

MANZANILLO: ALTA DEMANDA – QUOD SCRIPSI, SCRIPSI

En Manzanillo, no hay preferencia; hay alta demanda. Tras la enorme incertidumbre que en materia logística provocó la pandemia, Manzanillo fue de los puertos cuya actividad se catapultó desde el año pasado, en que formalmente se declaró fuera de riesgo al sector portuario.

Lejos de disminuir su actividad, el de Manzanillo mantuvo siempre su ritmo entre los puertos de México y en la actualidad, la demanda de servicios en el puerto es imparable.

Hace algunas semanas, por ejemplo, se ha generado polémica debido a la saturación en los muelles. Se ha sugerido que no hay capacidad para atender a tantos buques y se han expuesto razones incorrectas. Se ha dicho que para dar preferencia a una terminal, se hace esperar a muchos barcos, provocando pérdidas económicas de consideración a las empresas que los regentean. En tal virtud hay que decir que el problema no tiene que ver ni con la incapacidad para operar el puerto ni con la pretendida idea de beneficiar a alguien en particular. El tema tiene su origen en el feliz acontecimiento de la alta demanda de carga y descarga, que hace que las embarcaciones deban esperar obligadamente su turno.

Así, para ayer domingo había ocho barcos esperando atracar, porque las maniobras con otros buques les impelen a esperar.

Esto es: Manzanillo es un puerto pujante, en constante crecimiento y atractivo para las grandes rutas del comercio mundial, por lo que requiere cada vez  más trabajo para abastecer la demanda que registra.

No se trata de obstaculización ni de preferencias con algunos empresarios en particular. Es el dinamismo del puerto, que rebasa las expectativas y por ello, ya se trabaja en resolver las incidencias que ralentizan las maniobras.

El puerto no debe ser punto de conflicto. Al contrario, debe unirnos para mejorar los procesos y evitar que, un día, se colapse.

Para la tarde de ayer domingo, ocho barcos esperaban muelle. Hoy serán menos y a medida que avance la semana se habrá despejado la bahía, pero seguirán llegando embarcaciones porque el puerto no para. La generación de empleos, el impulso al comercio, la intensa actividad económica que, en suma, se derivan del quehacer portuario, deben ser motivo de orgullo.

Por hoy, buen día.