MARCELO EBRARD – MANUEL OLVERA SÁNCHEZ

“Jamás es perdido el  bien que se hace”

Francois Fenelon.

Derivado de qué en nuestro país se ha fortalecido un sistema democrático reconocido a nivel mundial, se ha establecido un sistema político presidencialista que busca garantizar la permanencia en el poder en un solo hombre, en este caso el titular del poder ejecutivo federal.

Bajo este sistema el centro del poder, así como todas  y cada una de las decisiones que se toman giran en torno al presidente de la República, propiciando que el cambio de un titular del poder ejecutivo federal a otro busquen demostrar la fuerza y estabilidad que garantice una transición pacífica del poder.

Cuándo se carece de talento político, y ante una infinidad de necesidades que demanda la sociedad por rezagos acumulados en décadas, existe la creencia de que al tener una formación académica contribuirá a ser un buen gobernante, sin embargo, en muchos de los casos la formación académica no basta para hacer un buen gobernante, y basta con leer una anécdota del periodista Julio Schererer al entrevistar a Narciso Bassols en el cual se le cuestionó sobre si él  general Cárdenas eres inteligente, a lo que Narciso Bassols contestó: es muy pendejo.

Lo anterior tiene relevancia ya que muchos de los casos se debe tener talento político, situación que no lo otorga el tener una formación académica, y el talento político también deriva que las tomas de decisiones sobre quién será el sucesor del poder ejecutivo federal no sean las que requiere el sistema político mexicano y el país en su conjunto.

Pareciera que nuestro país está condenado a vivir bajo la sombra de un partido hegemónico, con las consecuencias en los relevos presidenciales que esto deriva, vale recordar como Plutarco Elías Calles prestó especial atención a lo que vivió Venustiano Carranza y Álvaro Obregón, el primero perdió el control del país al intentar imponer a un candidato y el segundo fue presa fácil al pretender ser reelegido, con las consecuencias que todos conocemos al ser asesinado.

Vale recordar como Plutarco Elías Calles aprendió de la lección que le dejaron Venustiano Carranza y Obregón fundando el Partido Nacional Revolucionario (PNR) con el cual busca tener el control político, fue tanta su obsesión por tener el control político al grado que adopta los colores de la bandera nacional y los hace parte de su escudo; dicho PNR es lo que hoy en día conocemos como el Partido Revolucionario institucional (PRI). Calles, no obstante contar con un gran poder político incluso para reelegirse no lo hizo.

Sin embargo, Plutarco Elías Calles impuso como interino Emilio Portes Gil, influyó en la elección de Pascual Ortiz rubio, igual suerte corrió Abelardo L. Rodríguez quien quedó como presidente sustituto y finalmente se decantó por el general Lázaro Cárdenas como uno de sus incondicionales que mucho aprendieron del expresidente calles.

Hablar de la sucesión presidencial de México sería abordarla en varias colaboraciones; vale recordar cómo existen innumerables de libros en los cuales cada autor plasma lo que a su juicio sucedió en cada momento que se presentaban sucesiones presidenciales, la última y con consecuencias desastrosas para el sistema político mexicano fue la de licenciado Luis Donaldo Colosio Murrieta (LDCM), que a decir de los politólogos fue impuesto por el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, quien al observar  que LDCM desatendía la recomendaciones hechas por éste, se inició  una incertidumbre política ya que en plena campaña se manejaba que iba a ser retirada su candidatura y el nuevo candidato por el PRI sería Manuel Camacho Solís (QEPD), situación que no sucedió. Al ser asesinado LDCM toma la candidatura Ernesto Zedillo Ponce de León, quien entrega por primera vez el poder al candidato abanderado por el Partido Acción Nacional en la persona de Vicente Fox Quesada.

Hoy en día hemos observado como el presidente Andrés Manuel López Obrador no olvidando sus orígenes políticos y emulando al PRI procede como lo hicieron en el siglo pasado la mayoría de los presidentes impulsando y buscando imponer a su sucesor. Hoy en día vemos cómo se desvive un día sí y otro también en llenar de elogios a la titular del poder ejecutivo en la ciudad de México la C. Claudia Sheinbaum, sin embargo, uno de sus cartas fuertes y que le secunda en el tema de las preferencias electorales es el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores Marcelo Ebrard.

Quienes conocen el tema político señalan que dentro de los acuerdos al interior de la oposición, el candidato común sería Luis Donaldo Colosio Riojas (LDCR), sin embargo, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard ha señalado, que en el supuesto de no darse la candidatura de LDCR, él sería el abanderado por la alianza PAN, PRI y PRD.

Un político sabe que las oportunidades en el momento que se presentan deben tomarlas, ya que existen las condiciones y con amplias posibilidades de alzarse con el triunfo y que difícilmente se presentarán nuevamente, derivado de lo anterior Marcelo Ebrard está consciente que las condiciones están dadas para que a través de su persona y bajo las siglas de los tres partidos políticos anteriores sea el candidato a la presidencia de la República y con amplias posibilidades de derrotar a la candidata oficial del presidente AMLO.

Marcelo Ebrard cuenta con una amplia trayectoria institucional, ha sido jefe de gobierno en el entonces Distrito Federal en el año 2006 al 2012, fue galardonado como el mejor alcalde del mundo y en 2012 nombrado presidente de la Red global de ciudades seguras por la Organización de las Naciones Unidas, fue diputado federal en las 57 legislatura, en el año de 1992 fue Secretario General de gobierno en la gestión del Regente capitalino Manuel Camacho Solís.

Dicen que para ser hay que parecer, y el hoy secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard no obstante con su amplio conocimiento de la función pública, cuenta con las credenciales políticas necesarias que aseguran una campaña a la altura de lo que requiere México y más aún ganando la presidencia seria un excelente titular del poder ejecutivo federal.

La visión que tenías sobre mí, no la defraudare, eso me fortalece aún más, serás ese impulso para lograrlo.

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