MÉXICO OCUPA EL SEXTO LUGAR MUNDIAL EN PRODUCCIÓN DE BOVINOS DE CARNE: OSWALDO CHÁZARO MONTALVO
Oswaldo Cházaro Montalvo, presidente de la Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas (CNOG), a nombre de los productores del sector pecuario nacional, hizo un reconocimiento a quienes se dedican a proveer a México y el mundo de proteína animal, a pesar de las adversidades que se han presentado, las cuales nunca terminan, pero han sabido convertirlas en oportunidades de crecimiento y de mejora para sus familias y los exhortó a hacer lo necesario para su conservación por el bien del país y de toda la sociedad.
Lo anterior en el marco el marco de la celebración del “Día Nacional de la Ganadería 2022”, evento que se llevó a cabo en un hotel de la ciudad de México, donde Cházaro Montalvo explicó que a lo largo de los años se ha transitado por una ganadería tradicional, a una que, a pesar de sus rezagos abastece la mayor parte del consumo nacional y participa, en algunos casos con superávit en el comercio internacional, como es el caso de la de bovinos carne, siendo autosuficientes y una balanza comercial superavitaria en casi mil 700 millones de dólares, lo que lo consolida en el 6° lugar de producción mundial, con una exportación también de un millón 170 mil cabezas en 2021.
En el sector lechero, dijo que en el 2021 se produjeron 12 mil 800 millones de litros con un aumento de 200 millones con respecto a lo obtenido en el 2020, el cual cuenta con un hato de 2 millones 600 mil vacas especializadas.
En la actividad caprina, México posee el mayor hato en América Latina, con cerca de 9 millones de cabezas y una producción de 40 mil toneladas de carne, casi 2 por ciento mayor que en el 2020.
En el caso de la ovinocultura, se cuenta con un inventario de 8.7 millones de cabezas y una producción de 64 mil 758 toneladas al cierre del año pasado, y en la actividad avícola, se tuvo un inventario de 600 millones de aves productoras de carne y huevo, siendo el 6º y 4º productor mundial de esta proteína, respectivamente.
También se refirió al sector porcícola y dijo que el año pasado se obtuvo una producción de alrededor de mil 500 millones de toneladas de carne, con un hato de 19 millones de cabezas, la integración de esta cadena productiva permite que México se ubique en el 7° lugar a nivel mundial.
Igualmente en la producción de miel se tuvieron 2 millones de colmenas que produjeron 55 mil 165 toneladas con un valor de 2 mil 200 millones de pesos y se atienden los mercados de Alemania, Estados Unidos e Inglaterra, en este subsector se ocupa el 8° lugar en el mundo.
Posteriormente el líder ganadero se refirió a la sanidad, genética y procesamiento entre otros factores, los cuales son fortalezas que caracterizan una buena parte del sector; sin embargo, explicó, es innegable que existen grandes desafíos como la incorporación al desarrollo de miles de pequeños productores que, por alguna causa perdieron la oportunidad, y como lo es también el llevar el discurso de la sustentabilidad a la práctica en beneficio del planeta, humanidad y hasta la misma actividad, para lo cual es indiscutible la actuación de la academia y los profesionistas.
Agregó que, si bien es cierto que la política de desarrollo obedece a una visión nacional, se tiene que tener claro que su ejecución no puede omitir la orientación regional y local, lo que obliga a la coordinación con estados y municipios.
Antes, dio una introducción de la historia de la ganadería en México y señaló que el fundamento para el Decreto de esta conmemoración, está basado en el hecho, de que el 6 de marzo de 1935, por convocatoria del entonces secretario de Agricultura, Tomás Garrido Canabal, se celebró la primera Convención Nacional Ganadera, cuyo acuerdo principal fue la solicitud para que el entonces presidente de la República, general Lázaro Cárdenas del Río, expidiera la Ley de Asociaciones Ganaderas.
Concluyó diciendo que “lo relevante de este ordenamiento, publicado en 1936, es que, si bien su materia es la constitución y funcionamiento de los organismos ganaderos, se estableció en él un modelo de trabajo para el desarrollo de la ganadería en colaboración entre los productores y los diferentes órdenes de gobierno, que prevalece hoy más por convicción que por mandato, puesto que no hay programa, campaña o acción institucional que funcione a plenitud sin la participación y compromiso de los productores”.