PESCADORES RIBEREÑOS BUSCAN ALTERNATIVAS PARA CONTINUAR CON SU OFICIO EN EL PUERTO DE MANZANILLO
La pesca ribereña en las costas de Colima se encuentra cada vez más en riesgo y debido a esta problemática parte del sector pesquero ha encontrado una alternativa en la acuicultura y la acuaponía, que son sustentables para la producción de organismos marinos y plantas, pues al ser adaptadas en pequeñas o grandes escalas, permiten ahorrar hasta un 90% de agua en relación a la agricultura convencional.
María del Carmen Velasco Chávez, antes pescadora y hoy cultivadora de camarón, la acuicultura ha sido la alternativa que, desde hace casi ocho años, le ha permitido continuar con su oficio en el puerto de Manzanillo.
Comentó Velasco Chávez que “recibimos capacitación por parte del Inapesca, nos enseñan a tener un mejor cultivo y rentabilidad, yo veo que somos pocos los que realmente estamos interesados en realizar esta actividad porque es muy diferente a la pesca a la que estábamos acostumbrados, hoy cuidamos el medio ambiente y disminuimos la sobrexplotación que había en la Laguna de Cuyutlán”.
De acuerdo a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), las especies más producidas mediante la técnica de acuicultura son la tilapia y el camarón, en cuanto a la acuaponía, las plantas más obtenidas son la lechuga, espinaca y albahaca.
Carlos Lezama Cervantes, investigador de Oceanología, dijo que desde hace más de 10 años la proporción costera de la entidad se ha visto afectada no sólo por malas prácticas de los pescadores, sino también por las grandes industrias, la poca supervisión del gobierno y los malos hábitos de consumismo en la sociedad.
Señaló que “Manzanillo ha sido por décadas un puerto pesquero, los pescadores que por años mantuvieron a sus familias con esta práctica están en riesgo, ahora ya no pueden pescar lo mismo, un pescador que antes iba y sacaba 20 ó 30 kilos en una tardecita, ahorita quizá regresa con la mitad o sin nada”.
Dijo que actualmente son estas alternativas sustentables las que han permitido salvar sus actividades económicas.
Carmen Velasco comentó que “de alguna manera dejé de pescar camarón porque se acabó, todo cambió cuando llegó la regasificadora a Manzanillo, eso y el no cuidar nuestros recursos fue un factor para que se nos haya acabado la pesca de camarón en la laguna de Cuyutlán”.
Aseguró que antes de la escasez de organismos marinos, una buena jornada de pesca le garantizaba a ella y a sus compañeros pescadores hasta 50 kilos de estas especies, cantidad que llegó a disminuir casi en su totalidad.