PROEZA DE MANZANILLENSE, CAPTURÓ UN PEZ VELA DE 65 KILOGRAMOS A BORDO DE SU KAYAK
El pasado 3 de febrero el manzanillense Iván Lepe Vasconcelos logró otra proeza personal, al atrapar un pez vela de 65 kilogramos a bordo de su kayak, que requirió de una mayor exigencia física.
Su pequeña embarcación Yellowtail, es de dos plazas con cuatro cañas para dos personas, con la que se adentra en el Océano Pacífico para hacer ejercicio cinco días a la semana en la bahía manzanillense, aparte de practicar la pesca.
Recordó que a bordo del kayak ya ha logrado otras capturas, la primera fue de un pez vela de 38 kilogramos atrapado el 23 de enero de 2020 y el segundo de 40 kg el 18 de agosto del 2022.
Iván Lepe es integrante del Club Kayak Manzanillo A.C., sale al agua con tres de cuatro cañas que le permite en medio de su instrucción física, ejercitarse y olfatear algún buen pez. Esta vez la travesía resultó más meritoria al prolongarse la pelea con el picudo por 50 minutos, entre que se rindió, murió y se subió al kayak. La historia se escribió a media bahía de Manzanillo a 2 kilómetros Mar adentro.
Con la captura que hizo Lepe Vasconcelos, todos en Manzanillo andan buscando su pez vela “es como dicen los chavos que se prendió el cerro” en alusión a que quieren hacer lo mismo, expresó el manzanillense al narrar la manera cómo reeditó la captura y el interés, que entre los kayakeros de la región, despertó la tercera atrapada.
Comentó que “este vela me dio más pelea, me sacó un buen susto, porque sí atracó el kayak un par de veces por errores, al cobrar línea cuando va en este punto ya no jala el carrete, jala el kayak, así que es cuando más paciencia hay que tener, solo sale a la superficie de lado y es cuando le pones un par de golpes antes de agarrarlo”.
Explicó que el pez vela se rindió a los 40 minutos y otros 10 para matarlo y subirlo, “no es fácil matar a un bicho de esos con el macaco, hay que pegarle varias veces hasta que ya no se mueva”.
Dijo estar feliz por la osadía de prender su tercer vela, por lo que planea ahora un nuevo proyecto con su kayak, ir tras un marlin que esté arriba de los 100 kg “es mi sueño personal”.
Sabedor de su capacidad y los puntos donde merodean esos ejemplares, el pescador adelanta que la próxima semana se moverá hacia otro lugar donde se están viendo comer para intentar prender otro picudo.
“A ver si tengo suerte con otro picudo, se están acercando mucho y de dorados diariamente sale uno o dos en la vuelta que doy”.