QUOD SCRIPSI, SCRIPSI – 21 DE SEPTIEMBRE 2021
HORACIO ARCHUNDIA
CON EL PUERTO NO. En las últimas semanas se ha desplegado una campaña feroz para desacreditar al puerto comercial. Un brutal balazo en el pie de quien promueve estos ataques. Señalamientos sesgados, tendenciosos, maniqueos, de gente relacionada justamente con el puerto. Personajes con intereses en el puerto, convertidos en villanos, ocultos tras bambalinas para denostar, para acusar, para injuriar y para descalificar.
Mal hacen quienes pretenden confrontar al puerto con la ciudad. Los que así obran no tienen visión, son mentes rabonas, mediocres, que lanzan patadas al pesebre.
Alguien debería explicarles que el puerto es el eje central de la economía de la zona centro occidente del país y que ir contra él es provocar caos y desconcierto y es lesionar al principal promotor de empleo, al mejor generador e impulsor de la economía.
El pretexto de quienes están dedicándose recientemente a provocar descontento contra la actividad portuaria, son los embotellamientos viales en algunas avenidas y carreteras de la periferia portuaria. Protestan contra el movimiento portuario y lo califican de abusivo, de insoportable, de desventajoso para la población de Manzanillo y algunos de sus pueblos. Desconocen, o parecen desconocer, que el puerto es la columna vertebral de la economía estatal y, de una buena parte del país, como asentamos líneas arriba.El puerto da trabajo directo o indirecto a más de ochenta mil manzanillenses, de acuerdo a datos del Inegi y de la secretaría del Trabajo. Los miles de empleos que existen gracias al puerto involucran a estibadores y jornaleros, tramitadores y gestores de agencias aduanales y navieras, repartidores, mensajeros, secretarias, emplados de oficina, comerciantes con sus empleados, empresarios de distintos rubros y funcionarios y servidores públicos de las distintas dependencias municipales, estatales y federales relacionadas con el quehacer portuario. Al menos ochenta mil familias, pues, intrínsecamente beneficiadas por el puerto, -sin contar las que de manera indirecta lo están-, en un municipio de doscientos cincuenta mil habitantes.
Decir que la API afecta y causa daños a la ciudad y que es injusta con los habitantes del municipio, es irresponsable. Afirmar que la Aduana es un problema para Manzanillo y que no está trabajando bien, es atrevido e ignorante.
Bien valdría la pena que los periodistas que de oficio atacan a la API y a la Aduana, se informaran profesionalmente e investigaran antes de opinar a la ligera. El puerto de Manzanillo es un ejemplo nacional: No solo porque es el tercero en América Latina y el primero en el país: También porque a pesar de encontrarse inmerso en el complejo panorama de la pandemia del SARS-Covid 19, que ha causado millones de muertes en el mundo y ha paralizado la economía internacional, nuestro puerto no ha dejado de operar un solo día. La actividad comercial portuaria es imparable y eso se ha reflejado en el crecimiento del propio puerto que en de pronto resulta insuficiente para atender tantos barcos. Aunado a ello, el director actual ha mostrado mano firme en el mejoramiento de los trámites y mecanismos del uso del recinto. Salvador Gómez Meillón es un perito en materia portuaria. Está especializado en seguridad nacional, ha estado toda su vida relacionado con el sector portuario. No es un improvisado, pues. Eso explica que se estén tomando medidas correctivas y aplicando dispositivos que garanticen la transparencia y la eficiencia en los procesos de registro y manejo de la carga y del acceso y salida de vehículos, así como una atención y una supervisión escrupulosa de las tareas de maniobristas y cesionarias. Eso ha devenido en que parezca lento el trabajo portuario. Pero en realidad no es burda tramitología ni burocratismo. Para nada. Por el contrario: Se trata de un incremento histórico de llegada y salida de carga porque Manzanillo sigue posicionándose a nivel mundial como uno de los puertos más seguros y confiables. Si hacer las cosas bien incomoda, si actuar con estricto apego a la ley causa descontento, pueden seguir machacando su machete de palo los críticos a sueldo. Pueden continuar su campaña de división entre el puerto y la ciudad. El puerto seguirá creciendo y avanzando y llevando de la mano a la ciudad en esa trayectoria, generando empleos, impulsando la economía, contribuyendo económicamente en la infraestructura urbana, empujando para que Manzanillo siga progresando. No se vale, pues, apostarle al odio entre los vecinos y el puerto, porque todos somos Manzanillo. Con el puerto no hay que pelear.
POR HOY, BUEN DIA.