OPINION

QUOD SCRIPSI, SCRIPSI – 7 DE JULIO 2021

HORACIO ARCHUNDIA

EL CASO ES FREGAR. Los que pagan mandan, y algunos periodistas tienen la encomienda de seguir atacando a Indira Vizcaíno porque el objetivo de los que los mandan es desgastar a la gobernadora electa y hacerle “ruido” desde antes de que tome posesión para luego buscar presionarla y, si es posible, sentarse a negociar prebendas y privilegios. El viejo estilo, pues, la estratagema de los de siempre -incluidos esos periodistas-, que pretenden obtener ganancias a como dé lugar. Ahora el tema de los detractores de Indira es “cuantos ranchos, cuantas casas, cuantos carros tiene”. Y hacen de sus críticas borucas sin llegar a nada, porque sus acusaciones no tienen sustento, carecen de legitimidad, no tienen fondo y tampoco tienen forma. Los que se escandalizan ahora de la presunta riqueza de Indira Vizcaíno aplaudían a un ex gobernador cuya fortuna no resistiría una investigación judicial. La diferencia es que ese ex gobernador sí les soltaba dinero y en el caso de Indira ha sido clara en que no le entrará al embute, al “chayote”, pues. De allí que las críticas y los infundios arrecien justo cuando Indira se dedica a preparar su agenda y el plan de gobierno y cuando está concertando y acordando proyectos interesantes para el Estado con altos funcionarios nacionales.  Están apretando los señalamientos con la intención de amedrentarla, de enviarle el mensaje de que durante su sexenio, si no les da “algo”, van a convertirse en la piedrita en el zapato de la que será la gobernadora más joven de nuestra historia.

Pero para desaliento de los gatilleros que la cuestionan en programas y escritos llenos de galimatías, de vaguedades, de invectivas y de mentiras, Indira Vizcaíno mantiene firme el brazo sobre el timón del barco que comandará desde el primero de noviembre. No se deja arredrar y hace bien.

Los temas en que debe ocuparse, y ya trabaja, la gobernadora electa, tienen que ver con la recuperación de las finanzas del Estado, cuyo resquebrajamiento no tiene todo su origen en la administración estatal actual, sino en un añejo problema de abusos y raterías de varios sexenios. No es cosa solo de Ignacio Peralta, sino de varios más, pero los voceros de la oposición en estaciones de radio y en medios digitales se niegan a volver los ojos al pasado en el que tantos beneficios recibieron. Por lo demás, insistimos, Indira Vizcaíno ha sido clara: Ella va a ordenar una auditoría y serán las instancias administrativas y jurídicas correspondientes las que juzguen. La gobernadora electa debe dedicar su tiempo a preparar un plan de gobierno capaz de alentar sectores que generen empleo y recursos para que el Estado restablezca su camino de prosperidad. Es decir: Innovar e invertir en proyectos turísticos, pesqueros, portuarios, empresariales, culturales, artísticos y sanitarios que alivien la situación desastrosa en que encontrará el gobierno y el Estado entero. La gobernadora tiene enfrente el tremendo reto de recuperar la confianza de los colimenses  en las autoridades, perdida luego de los resultados fallidos de los dos últimos sexenios, recordando que todavía el de Silverio Cavazos, digan lo que digan, hizo muchas obras de corte social.

Pues bien: La gobernadora electa no debe entretenerse en oír a sus detractores y sí escuchar a sus críticos. Porque los que la acusan de enriquecimiento ilícito, los que la señalan por temas oscuros que ellos mismos inventaron, los que la denuestan y descalifican, no son críticos, son detractores. Los críticos son aquellos que le exponen con pruebas contundentes sus fallas y errores a un funcionario. Los que ofenden, agravian, inventan pendejadas y les dan vuelta a temas que han sido aclarados debidamente, los que chingan por chingar, los que atacan de oficio, los que pegan por la paga, no son críticos: Son vulgares gatilleros al servicio de los que ven cada vez más cercana su decadencia política.

Que haya calma. Que nadie crea en aquellos que descalifican un gobierno que no ha empezado siquiera. Así como la mayoría de los votantes se volcó en las urnas para darle a Indira su voto de confianza, de igual manera los colimenses todos, incluso los que no votaron por ella, debemos brindarle la confianza para que nos demuestre por qué ganó. Quienes tienen pensado joder por joder, ser machetes de palo del gobierno de Indira, están en el error. Porque entonces no le apuestan a que le vaya bien a Colima. Quieren ver que Indira fracase para decir que quienes eligieron a Indira se equivocaron. Y todo por ambición política, ese cáncer, el hambre de poder y de dinero, que le ha hecho tanto daño al Estado.

¡No pasarán!

POR HOY, BUEN DÍA.