SIGUEN LAS UNIVERSIDADES PÚBLICAS -TAREA POLÍITCA
José Luís Santana OCHOA
El viernes 20 de septiembre de 2024, el Congreso del Estado de Sinaloa que domina por mayoría absoluta el Partido Movimiento de Regeneración Nacional, aprobó la “elección democrática” de las autoridades de la Universidad Autónoma de Sinaloa, a tono con la decretada fast-track por el Congreso de la Unión para la de ministros, magistrados y jueces del Poder Judicial de la Federación.
En adelante, por así haberlo votado los diputados sinaloenses, para la UAS será obligatorio “observar el principio de Paridad de Género en la elección y renovación del Consejo Universitario, de los Consejos Técnicos y de los cargos unipersonales, y en la entrega de los nombramientos definitivos del personal académico”, mientras que el nombramiento del titular de la Secretaría General deberá forzosamente recaer en una persona de sexo distinto al titular de la Rectoría.
A través del voto libre, secreto y directo de los integrantes de la comunidad universitaria, “en procesos organizados y ejecutados por una Comisión de Elecciones y Consultas nombrada de entre las y los integrantes del H. Consejo Universitario”, es que en el futuro se llevarán a cabo el nombramiento y designación del o la titular de la Rectoría y de las Direcciones de Unidad Académica. Por supuesto, “sin que entorpezcan el desarrollo normal y el quehacer académico de la Universidad, ni de sus Unidades Académicas”.
Más tardó el 4teísta Congreso de Sinaloa en reformar la Ley Orgánica de la UAS, que la Asociación de Universidades e Institutos de Educación Superior (ANUIES) en rechazarla de manera enérgica “por violar la Constitución, la Ley General de Educación Superior y la autonomía universitaria”, sin reparar en que la presidente de la República, jefa política de los diputados locales morenistas sinaloenses, y de los de todo el país, haya anunciado hace unos pocos meses que el dinero que manejan las universidades públicas “debe usarse para cosas sustantivas”, instituciones a las que se propone “someter a un proceso de revisión interna”.
De prosperar la elección democrática de los directivos de las universidades públicas, la Nacional Autónoma de México y las del resto del país, como la que le han recetada la ya decretada a la Autónoma de Sinaloa, serán los personajes más eficaces para hacer campaña y no necesariamente los mejor calificados quienes resulten electos rectores y funcionarios de primer nivel. Todo dependerá de lo que dispuestos estén a meterle al proselitismo y a la movilización de votantes, los candidatos y sus grupos de apoyo, incluidos los malandros organizados.
Al final de día, igual que en el caso de la votación popular para elegir ministros, magistrados y jueces del Poder Judicial de la Federación, y de los magistrados y jueces de los poderes judiciales estatales, llegarán a las rectorías de las universidades públicas de todo el país quienes sean palomeados por ya saben quién. ¿O no? Pesos contra centavos a que por esta democrática vía el próximo rector de la Universidad de Colima será Vladimir Parra Barragán con los votos de miles de estudiantes beneficiados de los programas sociales del Gobierno Federal con becas y computadoras.
Los argumentos para meterle mano a las universidades públicas del país son los mismos que fueron utilizados para justificar el golpe al PJF: Supuestos o reales actos de corrupción, antidemocracia, nepotismo y prácticas “que excluyen a la comunidad estudiantil de la toma de decisiones de las instituciones de educación que se encuentran secuestradas por grupos de poder que se han vuelto multimillonarios a costa de la educación pública en México”, todo lo cual terminará como por arte de magia con la elección democrática de los rectores y demás directivos. ¿O no?
EL ACABO
Los diputados sinaloenses 4T aprovecharon la anarquía imperante en su estado generada por el enfrentamiento entre la “Mayisa” y la “Chapisa”, para darle golpe de Congreso a la Universidad Autónoma de Sinaloa.
La Universidad de la Ciudad de México, las Universidades para el Bienestar “Benito Juárez García” y las Universidades Interculturales nacieron democráticas y sin mácula de corrupción. La del Ejército y Fuerza Aérea y la Universidad Naval pronto implementarán la elección de sus rectores mediante el voto libre, secreto y directo de sus alumnos, administrativos y profesores. Ya ven qué democráticos son los militares. ¿O no?