TONALTEPETL 11 DE FEBRERO 2021
Gustavo L. Solórzano
Carta tardía a los reyes magos:
Queridos Reyes magos, Melchor, Gaspar y Baltazar.
Este año quisiera pedir solo un regalo, pero muy grandote; únicamente un regalo. Y eso que me he portado muy bien, ¡eh! Bueno, quizás me haya portado mal algunas veces, pero no toda la culpa es mía, ya que debo contarles que gran parte de mi persona es un reflejo de quienes me educan y del medio en que vivo. Eso no quiere decir que aún no se vaya conformando mi personalidad; ésta empezó desde hace mucho tiempo, por eso ahora necesito buenos ejemplos a seguir.
A veces pienso que por ello los niños somos diferentes en varios aspectos, porque tenemos distintos ejemplos, otros “héroes” y diversos medios de vida. Algunos de mis amiguitos son más traviesos que otros, unos tímidos, otros peleoneros, también hay mentirosos, aplicados, y otros no tanto, pero al fin niños y necesitados todos de afecto. Por eso no creo que haya buenos ni malos, pienso que todos somos iguales y merecemos un trato digno, amoroso y con respeto a nuestra capacidad infantil. Pienso que la maldad no nos pertenece, ni nos es heredada, en algunos casos es aprendida e incluso impuesta aún a costa de nuestra inocencia.
Difíciles tiempos nos ha tocado vivir entre tanta violencia, por un lado y por otro, indiferencia. Quizás por eso digan que los niños ya no son inocentes o que hay niños malos. Pienso que la realidad es que tenemos necesidades distintas por satisfacer y menos tiempo para soñar, sobre todo con tanta tarea que nos dejan en la escuela.
Mi papá dice que antes los reyes magos traían una pelota o un juguete, y mi abuelita dice que en su tiempo era una bolsa de galletas o un caramelo. En cambio, ahora, nos traen juegos con monstruos que solo existen en la imaginación de quienes los crearon. Es más, a veces ni podemos jugar libremente con ellos, pues son tan “perfectos” que ya juegan solitos.
En ocasiones me pongo a pensar que ustedes por sabios, deben ser bien “parejos”, pero cuando el día seis salgo a la calle y veo que algún vecino no alcanzó, con todo y que no se portó mal, pienso: ¿Qué pasó Reyes? Y me acuerdo del niño aquel del pesebre, Jesús, al que ustedes visitaron hace muchos años.
Por eso mis Reyes magos, este año solo pido un regalo bien grandote, que, guiados por adultos nobles y amorosos, todos los niños del planeta empecemos a construir un mundo mejor. Puede ser como un juego grande, grande, en el que todos participemos para armarlo. Estoy seguro que será el mejor regalo para mí y para todos los niños, quienes a cambio regalarían la mejor de sus sonrisas, esa que solo puede venir de un niño amado, sano y feliz.
P.D. oigan, si además de todo esto me traen una pelota o unas canicas, no me enojo.
ABUELITAS:
Mas allá de las encuestas, sin duda válidas en muchas ocasiones, está el sentir de los ciudadanos. El caso del abogado Guillermo “Memo” Toscano es para ejemplificar sanamente hablando. Severamente criticado por algunos y reconocido ampliamente por muchos, el diputado Memo Toscano ha mantenido una dinámica de trabajo ejemplar. Sensible a las necesidades de la ciudadanía bajo su representación y más allá, se convirtió en un gestor de excelencia. Coloquialmente diré, se puso la camiseta como servidor público y hasta el día de hoy, sigue respondiendo a sus representados. Alejado de la grilla pública, ha usado la palestra para servir acorde a sus convicciones y necesidades de la sociedad. De mantener su mística de servicio, le reitero mis buenos augurios. Es cuanto.