TONALTEPETL – 14 DE JUNIO 2021
Gustavo L. Solórzano
¿Sabía usted que casi el 90 por ciento del peso de su cuerpo está compuesto de agua? El cuerpo humano está compuesto en un 60 por ciento de agua, el cerebro se compone en un 70 por ciento de agua, la sangre en un 80 por ciento y los pulmones se componen en un 90 por ciento de agua. En el agua pues, está el origen de la vida.
Cuando era niño y llovía, me refugiaba en los brazos de mi abuela, las tormentas de antaño eran un gusto, siempre y cuando no cayeran rayos. El estruendo combinado con el viento, quebrantaba mi espíritu de niño. Deseaba ser grande para dejar de temer, mis padres y mi abuela, nos explicaban la importancia de la lluvia, “si no llueve no hay elotes ni comida”. Conocer el beneficio de la lluvia, me tranquilizaba, así, con el paso del tiempo fui aprendiendo a disfrutar la bendición que representaba la lluvia. Pronto pude irme al campo, a la montaña, al mar mismo y ahí, tuve la oportunidad de reafirmar mi gusto por la lluvia y por todas las bondades de la naturaleza.
Presas, bordos, arroyos, ríos, lagos, lagunas y el mar, se benefician de la presencia de Tlaloc. Los árboles, las plantas y los animales, la tierra, se regeneran con el agua de lluvia. Agua sagrada, con el agua todo y sin el agua nada, dicen las enseñanzas de nuestros ancestros. Es cierto, el agua es la vida para todo lo forma parte de nuestro planeta y sin ella, difícilmente sobreviviríamos. Las células de nuestros cuerpos están llenas de agua, los carbohidratos y proteínas que nuestros cuerpos consumen como alimento, son transportadas por el agua dentro del torrente sanguíneo. También es importante la habilidad que tiene el agua para transportar material de desecho fuera de nuestros cuerpos.
El agua es indispensable para las formas de vida que conocemos hasta hoy, sin duda, la falta del vital líquido sería el caos y la muerte. De ahí que sea necesario no solo contribuir en el cuidado del agua, sino generar opciones que favorezcan las precipitaciones pluviales.
Estudios recientes en Alemania, han permitido conocer que la vegetación cumple un papel fundamental en la frecuencia e intensidad de las lluvias. Es decir, a mayor forestación, mejor será el ciclo de la lluvia y por el contrario, mientras más deforestada esté una zona, mayores serán sus consecuencia en cuanto a la sequía.
Vincent Gitz, director del Programa de Investigación del CGIAR sobre Bosques, Árboles y Agroforestería (FTA por sus siglas en inglés), quien moderó parte de un importante debate sobre la influencia de los árboles en el cambio climático. Sostiene lo siguiente: “Lo que estos hallazgos nos dicen ahora es que debemos tomar en cuenta el papel de los bosques en el ciclo del agua y luego sus efectos en los climas locales, regionales y continentales”. Hoy se sabe que es importante no solo mantener y reforestar los espacios arbolados, sino seleccionar que especies corresponden acorde al lugar.
Serias investigaciones han demostrado que el agua transpirada por los árboles, regresa en forma de lluvia, ya sea sobre la misma área o en otro lugar, en un proceso denominado “reciclaje de precipitaciones”. Contribuyamos con amor responsable, regresemos a la tierra un poco de lo que ella nos da, respetemos nuestras áreas verdes, reforestemos con base a la necesidad real. Sin duda, con ello coadyuvaremos no solo con la flora y la fauna, sino con la continuidad de la vida humana.
Fuente consultada: https://forestsnews.cifor.org/54850/el-rol-de-los-arboles-como-productores-de-lluvia?fnl=
ABUELITAS:
Para las personas que siguen esforzándose en hacer quedar mal al presidente de la república, al gobernador o a tal o cual candidato electo, les informo que ya terminaron las campañas, por favor, contribuyamos con el regreso a la normalidad, gracias. Apréndanle al rector de la Universidad de Colima, hombre serio, respetuoso y conciliador. Es cuanto.