TONALTEPETL – 17 DE ENERO 2022
Gustavo L. Solórzano
Entender que la tierra es un ser vivo como usted y como yo, a veces pasa desapercibido para muchas personas. El miedo a lo desconocido se impone y nos lleva a actuar de manera irracional y en consecuencia, no dimensionamos la realidad de los acontecimientos que nos rodean.
Apenas hace unos días compartí con usted la importancia de hacer y tener un plan de evacuación en casa y de manera general ante sismos y otros fenómenos naturales, cuando cerca de Tonga, en el pacifico, un volcán submarino hizo erupción. “Si ves las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”, decía mi madre. Volcán, mar, huracanes y un terreno sísmico en Colima, deben servir para valorar la magnitud de una realidad que en cualquier momento podemos enfrentar.
Los medios de comunicación han dado amplia cuenta de los lamentables acontecimientos que se viven en ese lejano lugar. Tonga es un reino polinésico de más de 170 islas del Pacífico Sur, desconocidos para muchos y olvidado por otros hasta el momento de la erupción. Por cierto, Lesli Elisa Nava Flores y David Olaf Santillán González, son biólogos mexicanos que desde hace dos años se encuentran en una isla de ese reino del Pacífico, trabajando en un proyecto para la preservación del coral y otras especies marinas. Aunque la última comunicación con ellos da a saber que están bien, se ha perdido el contacto y sus familiares en nuestro país, han solicitado apoyo para localizarlos y traerlos a México.
La erupción volcánica motivó para que protección civil estatal emitiera un comunicado de alerta a la población, en el sentido de que se abstuvieran de ir a la playa hasta que se normalizara la situación y así mismo, extremar las precauciones.
En otra colaboración comenté un breve relato de mi abuela (q.e.p.d.) en donde ella nos contó sobre la erupción volcánica previa al cambio de siglo. “se escuchaba el estruendo y las nubes de humo y ceniza cubrían toda la ciudad, la tierra se estremecía”. Nosotros escuchábamos atentos y llenos de emoción, “Mi papá nos llevó a Pihuamo para protegernos y allá duramos muchos días hasta que dejó de salir ceniza”.
Es indudable que contra los naturales embates de la naturaleza solo podemos aprender a conocerla y convivir con ella. La imprudencia y el desconocimiento pueden llevarnos a cometer un error con funestas consecuencias. Seamos pues prudentes y sensatos, aprendamos en cabeza ajena y estemos preparados nosotros y nuestras familias, pues el saber hace la diferencia. Todos somos protección civil.
La tala de nuestras calles, campos y valles NO debe tener permiso, salvo en casos que se vea amenazada la vida. Nunca por cuestiones de ventaja económica o similares. Es necesario que las autoridades adecuadas apliquen la ley sin distingos, lamentablemente es la única forma. Así mismo, el congreso necesita hacer las reformas pertinentes para que las sanciones sean mayores.
ABUELITAS:
Fortalecer nuestro sistema inmunológico implica atender varios aspectos de nuestro ser. Lo he repetido en este espacio, agua, alimentación natural y buen descanso. Algo sumamente importante es nuestra actitud, como una llanta ponchada, sin ella nada se mueve, por el contrario una llanta calibrada de manera integral nos llevará a feliz término. Evite repetir rumores y comentarios de dudosa procedencia. Las aglomeraciones representan un riesgo natural para que haya contagios diversos, permanezcamos en casa y disfrutemos la unidad familiar. Es cuánto.