OPINION

TONALTEPETL – 21-JUL-21

Gustavo L. Solórzano

Si apagas el televisor y te comprometes contigo y dices, no veo noticias, soy libre, pero te rodean covidianos emitiendo frecuencias de miedos, lo más seguro es que seguirás en las mismas condiciones. Las emisiones electromagnéticas de miedo de los covidianos, te pueden afectar si tú no estás energéticamente protegido. Entendamos que nuestro campo energético tiene un radio de acción de 7 metros aproximadamente, de tal manera que todos estamos interconectados. Quizás sea algo difícil de entender o de creer, sin embargo existe, es una realidad el hecho de que todos somos uno. Aquellos que siguen a pie juntillas el tema de la plandemia y ven el virus por todas partes, desde luego que lo atraerán, aun estando en su casa.

Somos esponjas: si pudiéramos ver el miedo y el aura de los que van con el cubre bocas a todas partes, la veríamos como muy turbia y sin armonía, su color es casi oscuro, es como si mezcláramos en una paleta azul con rojo, lograríamos un tono opaco y nada agradable. Así es como nos infectamos y no lo sabemos  y esta vibración se trasmite a través de esas emisiones y frecuencias de nuestra propia aura. Por eso es que se producen los contagios, que se dan primeramente en áreas muy sutiles del alma, estos seres vampirizados por el sistema y los políticos de turno, poseen unas vibraciones mentales  tan densas que todos aquellos que entren en contacto con ellos, pueden quedar infectados.

Este proceso pasa igual pero a la inversa, si tú estás vibrando en altas frecuencias de luz y en el amor, eso es lo que vas a atraer y a irradiar. Por eso es necesariamente urgente un cambio de mentalidad, cerrar nuestro oídos a los medios agoreros que más allá de informar, buscan el lucro con el dolor de la gente, así como lo hacen muchas clínicas privadas. Compartir lo positivo, temas que alegren nuestro día y evitar al máximo prestar oídos a los aspectos relacionados con el chisme o la tergiversación del tema ampliamente difundido. Como decimos coloquialmente, darle vuelta al disco.

Mientras más nos quejamos, mayor es la debilidad que nos golpea, la gratitud trae fortaleza a nuestra vida. La enfermedad existe, también existen la salud, la recuperación y la maravillosa oportunidad de comenzar de nuevo. Así como permitimos que nos saturaran de información negativa, ahora usemos la técnica del indigente, dicho sea con todo respeto para ellos, “ni te veo, ni te escucho”. Dime a cuál de ellos conoces que falleció o estuviera infectado, ninguno. ¿Me explico? Unidos para el bien, los ciudadanos somos fuertes, somos co-creadores con el multiuniverso, contemos lo bueno, hagamos que lo bueno cuente para nuestro bien y de toda la humanidad, lo necesitamos.

Lo anterior con absoluto respeto a quienes perdieron un familiar y desde luego a quienes disientan en su forma de pensar. La intención del presente texto es contribuir con un punto de vista diferente a lo que recibimos desde la mañana y hasta la noche, los reporteros cumplen con su función, se esmeran en ganar la nota y difundirla los más acercado posible a su realidad. Tristemente otras enfermedades, conquistas y guerras, han dejado más muertes que la presente endemia.  Solo que hoy existen las redes sociales y los diferentes medios informativos, que dan cuenta de lo que acontece en el mundo, antes no. Nada cuesta, hagamos el cambio que necesitamos, cerremos el paso a la información destructiva.

ABUELITAS:

Un duro señalamiento hace la Comisión Estatal de los Derechos Humanos a la Secretaría de educación, institución humanista por antonomasia. Lo anterior por un lamentable caso de violación a los derechos a la  igualdad y a la no discriminación. Seguramente el titular actual, con la sensibilidad humana que le caracteriza, atenderá de inmediato la recomendación hecha. “La educación es prioritaria para construir el futuro”, ha señalado acertadamente la Gobernadora Indira Vizcaíno, y en el caso de la que es impartida por el estado, debe mantenerse gratuita y siempre en beneficio de quienes más necesitan. Es cuanto.