OPINION

TONALTEPETL – 3 de mayo 2021

Por Gustavo L. Solórzano

Reflexiones de la gente.

A veces y solo a veces, las promesas incumplidas nos dejan un aprendizaje consciente, la mayoría de las veces no nos damos cuenta o no queremos darnos cuenta.  Así transcurre la vida, entre caídas y levantadas, entre situaciones que nos marcan y con ello, nos enseñan.

Vivimos tiempos electorales, tener la razón es parte del pregón principal y ser la mejor opción para servir a los colimenses es la promesa que se repite de una u otra forma.

Las formulas son variadas, muchos rostros se han gastado por el tiempo y su falta de congruencia; la necesidad de ganar y tener poder, lleva a la mentira y en consecuencia enmascarar la información que se ofrece a los electores.

El maquillaje en campaña, para algunos casos, requiere de muchas plastas para tapar los baches humanos y mandar un mensaje de probidad y trayectoria intachable. Quienes vivimos en Colima nos conocemos, sabemos, diría el siempre caballerosos profesor Juan Oseguera Velázquez, ¿Quién es quién en Colima?

Innecesario resulta el exceso de palabras, cuando los hechos que se ven por todas partes hablan por sí solos. La sociedad está cansada de la indiferencia y las mentiras, de los egos inflados que genera en algunos, un puesto pasajero. Es cierto, muchas de las autoridades han fallado de manera reiterada y como siempre, parecen no querer verlo, siguen usando sus mismas “tácticas”.

Si los sueldazos y canonjías que dan el obtener una candidatura y por consiguiente el triunfo, no existieran, muy pocos sería lo que lucharían por “servir”. Es justo reconocer que hay personas que valen su peso en oro, como diría mi madre. Lamentablemente cada día son menos, la mayoría prueba el poder y como con el carbonato, quieren repetir, se engolosinan y pierden no solo el piso, sino también el rumbo, peor aún, la dignidad y la vergüenza.

Pasa que la sociedad ya no quiere gente experimentada que le represente, pues algunos se volvieron expertos en todo, menos en servir. Crearon cotos de poder que es representaron buenos dividendos, se olvidaron de sus promesas, jamás las convirtieron en compromisos.

Hoy la ciudadanía quiere ver caras nuevas, gente con nuevas ideas y propuestas, gente que quiera servir y no servirse. Que de verdad gobierne y gestione para todos sin distingos partidistas. ¿Utopía? No, realidades que la gente demanda, algunos no han llegado y ya andan amenazando con correr a tales y cuáles. ¡Por favor! ¿Más de lo mismo, así quieren generar los cambios añorados? ¿Así pretenden gobernar? Es necesario evita el mareo que da al subirse a un papel con logotipo.

La moneda está en el aire, humildad y sencillez por favor respetables aspirantes, aprovechen la oportunidad que les da la vida y la misma sociedad a la cual nos debemos todos, es tiempo de crear la diferencia, de corresponder a la confianza que se les habrá de dar. Es tiempo de cumplir con amor y responsabilidad, con verdadero compromiso por Colima.

ABUELITAS:

“Como los niños del limbo”, así pasó el día del trabajo en Colima por segundo año consecutivo. La creada pandemia ha dejado a la obsoleta retorica sin pódium. Dirigentes eternos han perdido no solo espacios sino credibilidad. Reitero, hace falta gente nueva que llegue a inyectar ideas que generen resultados en bien de la clase trabajadora. La gente se queja de no ser escuchada, la verdad queda rezagada y algunos dirigentes, que no líderes, quieren tapar el sol con un dedo. Nada es para siempre. Es cuanto