TRANSFUGISMO POLÍTICO – MANUEL OLVERA SÁNCHEZ
Hablar de la hegemonía política es referirnos a una etapa en la vida política de México del año 1979 al año 2000 en la cual podemos destacar la existencia de una estabilidad política en la cual independientemente de sucesos en los cuales se presentó el fenómeno del transfuguismo político sirvió entre muchas otras cosas a generar un cambio político y de transición democrática de nuestro país.
En esa etapa del partido hegemónico el transfuguismo no representaba un problema para el partido en el poder, ya que la disciplina, la lealtad de manera incondicional a los dictados del presidente en turno derivaban en una lealtad partidista que todos debían asumirla como tal ya que el partido prácticamente quedaba vetado de cualquier aspiración política.
Hoy hablar de transfuguismo político ha sido una de las estrategias más rentables en el tema político ya qué, el solo hecho de presentarse ante el electorado defendiendo otras causas políticas ha representado otra maravillosa oportunidad de acceder al poder.
Vale recordar que los partidos políticos han promovido a través de algunos juicios evitar ese transfuguismo político con la finalidad de fortalecer la figura de los partidos políticos, sin embargo, debemos entender que gracias a esa figura la democracia se ha visto fortalecida, ya que grandes líderes en el tema de la política han contribuido de manera considerable para que nuestro país hoy en día la democracia sea una realidad y no sólo un mito, basta recordar como la suprema corte de justicia de la nación inválido un juicio en contra de una persona por el solo hecho de haber sido postulado por un partido diferente al suyo.
Hablar de transfuguismo político en nuestro país en el tema presidencial, estaríamos remitiéndonos a los años ochenta, en particular cuando Porfirio Muñoz Ledo Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y otras más figuras emblemáticas del Partido Revolucionario institucional tomaron la determinación de crear un frente alterno al partido hegemónico y disputar la presidencia de la República bajo otra siglas partidistas a las cuales habían dedicado toda su vida .
En el transfuguismo político se debe tener en cuenta los riesgos que conlleva este tipo de actividad como lo son el juego de las traiciones y las deslealtades, es decir que en muchos de los casos quienes participan en esta difícil tarea deben tener esa capacidad de adaptabilidad y flexibilidad ya que a través de estos atributos es como logran mantenerse en la vida política.
De la pasada elección sobre quién será el candidato del partido del presidente de la República, ha derivado, y así se esperaba, que Marcelo Ebrard actuará como un tránsfugas político, y que si bien es cierto será atacado por el Estado mexicano, el proceder del excanciller ha sido el ocrrecto ya que a decir del mismo ex funcionario federal cuenta con las razones suficientes ya que su enojo obedece a vicios que se presentaron en el proceso interno como fueron la compra de votos , el apoyo de gobernadores evidenciando y una serie de innumerables conductas a todas luces ilícitas.
Claro que el proceder de Marcelo Ebrard podrá considerarse inmoral o políticamente incorrecto, sin embargo, el que haya abandonado al partido del presidente para buscar otros medios y estar en la boleta es un derecho Constitucional, y máxime al sentirse agraviado ya qué a decir por él mismo el piso no fue parejo por lo tanto abandona ese proyecto político y arrancará el propio.
Ahora bien, independientemente de qué se le pueda señalar como un tránsfuga político a Marcelo Ebrard, al final quien va a tomar la decisión de otorgarle el cargo público por el cual estará luchando es el poder del ciudadano, entregárselo o no dependerá exclusivamente al pueblo, sin embargo, si se debe tener en cuenta que dentro de las facultades de los partidos políticos si pueden impedirle que lo haga a través de sus siglas partidistas, razón por la cual ha hecho público que iniciará el proceso para la creación de un nuevo partido político.
México se rige bajo el sistema democrático, y es a través de los partidos políticos por los cuales se puede hacer política, competir, conservar o en su caso transferir el poder, es decir es a través de los institutos políticos cómo se lleva a cabo la lucha por el poder y sólo a través de ellos se puede acceder, ejercerlo y no perderlo, y ya será el electorado quien tomará la determinación de que partido apoya como consecuencia a su candidato.
Un tema que no debe dejarse a un lado es el ir trabajando sobre una reforma electoral ya que desde el punto de vista de partidos son dueños de las candidaturas y choca con el derecho constitucional a ser votado, y un derecho político fundamental como el ser votado no debe sujetarse a temas de negociaciones y violaciones a derechos políticos y máxime cuando la competencia fue inequitativa y básicamente a decir de Marcelo Ebrard existieron infinidad de actos ilícitos perjuicio de su persona.
Marcelo Ebrard al decantarse por crear su propio partido político debe estar consciente que independientemente de qué a través de los votos se logra un cargo público, debe tener presente que el candidato importa en demasía, es decir, que al tomar esa determinación de formar su partido político cuenta con cifras que lo hacen fuerte para tomar una determinación de esa naturaleza.
El tiempo nos dirá si se equivocó o acertó en esta toma de decisiones, ya que su capital político también pudiera sumarlo a la oposición con lo cual estaría cobrándole una factura política al presidente de la República por lo deshonesto que fue este con el ex canciller
¡MÉXICO, HAZ MEMORIA!
La visión que tenías sobre mí, no la defraudare, eso me fortalece aún más, serás ese impulso para lograrlo.
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