OPINION

¿VOTAR O NO LA RATIFICACIÓN DE MANDATO? – ANÁLISIS POLÍTICO

Abel González Sánchez

El Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) aprobó los lineamientos para la organización de la Revocación de Mandato que en 2019, se incluyó en el artículo 35 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos como un derecho de la ciudadanía, las normas aprobadas darán certeza a la ciudadanía y a los actores políticos sobre la forma en que la autoridad electoral cumplirá con sus atribuciones establecidas en la Constitución, la cual establece que será el Instituto quien deberá en el futuro convocar a la Revocación de Mandato a petición de la ciudadanía, en un número equivalente, al menos, a 3% de los inscritos en la Lista Nominal de Electores.

La posibilidad de remover del cargo a un -presidente de la república- sería histórico, cuando menos dejará en ésta elección un precedente, aunque por lógica política nadie duda de que continuará su mandato AMLO, pierda o gane, pero el INE contempla la instalación de 161 mil casillas, para lo que se requerirán 5 mil 430 supervisores electorales, 32 mil 421 capacitadores electorales, y lograr más de 484 mil funcionarias y funcionarios de estas casillas,

El proselitismo de Morena fue intenso por la forma que lo hicieron en los diferentes estados del país con pintas de bardas, espectaculares por todos lados, pancartas y anuncios en plazas públicas, motivando y juntando firmas de, al menos, el tres por ciento de los ciudadanos inscritos en la lista nominal. El INE solicitó el retiro de la propaganda a Morena debido a que está cerca la elección y Morena alegó que no fue el partido quien pagó las sumas millonarias de los espectaculares y propaganda sino fueron los ciudadanos directamente ¿Será?

Los famosos Siervos de la Nación, empleados federales y de los gobiernos estatales y municipales morenistas están preocupados y ocupados en la campaña de ratificación de mandato aunque la constitución establece que es un derecho de los ciudadanos, pero no es derecho del gobierno en el poder o de los partidos políticos, la ley es clara -dice expresamente- que son solo los ciudadanos los que pueden pedir la revocación del mandato del presidente, no los empleados del gobierno o los partidos, pero todo el tiempo así se ha construido nuestra democracia a la mexicana.

La revocación de mandato es muy relevante para el país al menos así lo veo, aunque nuestra idiosincrasia o forma de pensar de los mexicanos es muy especial, -nunca nos dan gusto los gobernantes- salvo raras excepciones, pues ya se vio las confesiones que hizo en un mitin político, el exalcalde del municipio de San Blas -estado de Nayarit, Hilario Ramírez Villanueva, dijo que había robado al erario público “pero poquito” por lo que lo volvieron a votar por él, la gente del pueblo dijo es honesto dijo la verdad.

México sí ha tendido gobernantes honestos y verdaderos líderes revolucionarios que han pasado a la historia ni duda cabe, y nadie duda del gran apoyo social que hace el actual mandatario del país, AMLO, al destinar dinero público a los adultos mayores, discapacitados y estudiantes, ojalá respetaran ésta buena decisión en el futuro, pero otra realidad es que para el desarrollo del país y de los estados se necesitan más obras y otros respaldos institucionales de salud, de seguridad pública, etc. Pues se detonó la violencia y Colima no ha tenido una obra pública relevante en este sexenio y hasta la carretera libre a Guadalajara sigue interrumpida desde hace cinco meses haciendo mas ricos a los dueños de las carreteras de cuota.

Pero volviendo al tema sobre la ratificación del mandato, es que no hubo una consulta popular para si se aplicaba o no, solo se presentó el proyecto desde arriba como siempre y empezaron armarlo para que los legisladores federales de Morena y sus partidos satélites lo impulsaran, contra viento y marea, aunque así lo han hecho siempre en otras épocas, sin el sentimiento o consentimiento nacional. Más sin embargo creo y sin duda será un precedente histórico que podría dejar Obrador para que a la mitad de cada sexenio presidencial en el futuro -si un presidente es tóxico o daña al país, como ha ocurrido con muchos mandatarios nacionales- simplemente debemos votar para su cambio, como sucede en los Estados Unidos, cada cuatro años hay elecciones y muchos no han sido ratificados para los ocho años establecidos como máximo.

Lo único que podría pasar es que tendremos presidente cada tres años, por tanta grillería a la mexicana de los diferentes partidos convenencieros que poco aportan al desarrollo del país, tendríamos constantes campañas costosas cada tres años, por lo pronto el resultado de la próxima elección presidencial del 10 de abril sin duda será que al mexicano le vale un comino sobre lo que los de arriba diseñen bien o mal, hay poco interés social nacional. Aquí no ganarán los partidos opositores a Morena ni perderá el presidente AMLO, solo se reflejará en las urnas la verdadera idiosincrasia mexicana. Pero votar o no es la disyuntiva.