OPINION

ARROYOS CAUDALOSOS UN RIESGO ANTE LA IMPRUDENCIA Y NEGLIGENCIA MUNICIPAL

En la ciudad de Colima y Villa de Álvarez, es común observar cómo, durante la temporada de lluvias, varios arroyos que atraviesan ambas ciudades se vuelven peligrosamente caudalosos.

Estos arroyos, que en tiempos de sequía parecen inofensivos, se transforman en amenazas mortales cuando las lluvias torrenciales incrementan el volumen de agua que arrastran.

Esta situación ha llevado a muchas tragedias, muchas de las cuales podrían haberse evitado con mayor prudencia de las personas que por ahí transitan y acciones preventivas por parte de las autoridades municipales, pues a éstas es a las que les corresponde hacer obra pública.

Hemos sido testigos de cómo, a pesar de las advertencias, algunas personas, con total imprudencia, intentan cruzar estos arroyos con mucha agua.

Tal es el caso reciente de un motociclista que ayer intentó cruzar el arroyo Manrique en el área que conecta al Diezmo con los fraccionamientos; real vista hermosa y hacienda real.

A pesar de las claras señales de peligro, el motociclista, ignorando el caudal que arrastraba piedras, ramas y otros objetos, fue arrastrado por la corriente mientras todo era grabado.

El video de este evento se volvió viral, mostrando a muchos la consecuencia fatal que puede tener un acto de imprudencia en situaciones como esta.

Quienes vieron el video seguramente se preguntaron ¿por qué alguien asumiría un riesgo tan grande? sabiendo que no solo estaba poniendo en peligro su vida, sino también la de quienes trataron de ayudarle.

No hay duda de que cada persona es responsable de sus decisiones, pero también es necesario recordar que tienen familia, hijos, esposas, padres y amigos que sufrirían enormemente ante una desgracia. ¿Vale la pena arriesgar la vida solo para evitar dar vuelta por unas cuadras o esperar a que el caudal baje? En situaciones como esta, ni siquiera debería cuestionarse si se puede o no cruzar: simplemente no se debe hacer.

Por otro lado, este incidente también pone en evidencia una clara negligencia municipal.

Las autoridades locales, como el Ayuntamiento de Colima y Protección Civil, deben estar al tanto de los lugares de mayor riesgo en temporadas de lluvias.

Se sabe que en ciertos puntos, como el ya mencionado cruce entre el Diezmo y los fraccionamientos real vistahermosa y hacienda real el arroyo crece peligrosamente, y sin embargo, no se han tomado medidas suficientes para prevenir accidentes.

¿Por qué no se coloca al menos una cinta de advertencia o un agente de policía para evitar que las personas crucen? Si se conoce de antemano que el arroyo crecerá debido a las lluvias, no es necesario esperar una tragedia para actuar.

Este cruce en particular, debería ser una prioridad para el Ayuntamiento de Colima.

La construcción de un puente resolvería definitivamente el problema, eliminando el riesgo al que se enfrentan las personas cada temporada de lluvias.

Es inconcebible que, sabiendo que este paso es utilizado por muchos residentes, se siga permitiendo que el peligro persista.

Algunos podrían argumentar que cada persona asume su propio riesgo, y en cierto sentido es verdad; pero el Ayuntamiento tiene la responsabilidad de minimizar esos riesgos y prevenir tragedias, sobre todo, cuando se trata de áreas públicas y de tránsito frecuente.

Además, la falta de una respuesta inmediata por parte de las autoridades durante este tipo de emergencias es otra muestra de la falta de preparación.

Si bien afortunadamente no hubo una desgracia en este último incidente, la situación podría haber sido muy diferente.

Protección Civil y la policía municipal conocen bien los puntos críticos donde las lluvias crean situaciones de peligro, y deberían estar listos para intervenir rápidamente, ya sea para resguardar la zona o, mejor aún, para implementar soluciones definitivas, como la construcción de obras públicas que eliminen el riesgo por completo.

La imprudencia de las personas es algo que no siempre se puede controlar, pero sí se pueden crear las condiciones necesarias para reducir los riesgos.

En este caso, la solución está al alcance de las autoridades municipales.

La prevención debe ser la prioridad y, lamentablemente, en muchas ocasiones parece que se actúa solo después de que ocurre una desgracia.

No podemos permitir que este sea el caso en Colima y Villa de Álvarez.

En lo personal, hago un llamado a la prudencia. Nunca es buena idea retar a la naturaleza; las fuerzas de los arroyos caudalosos son impredecibles y mortales.

No hay razón alguna para apostarle a la suerte queriendo ganarle a la corriente.

La vida siempre vale más que unos minutos ahorrados.

Correo de contacto: abogadoangel84@gmail.com