EL TAMARINDO COLIMENSE, UNO DE LOS FRUTOS MÁS VERSÁTILES QUE SE PUEDE MEZCLAR EN POSTRES, BEBIDAS Y DULCERÍA
El tamarindo es un producto que está presente en la gastronomía mexicana, pues desde su llegada a México supo quedarse en nuestra tierra, principalmente en Colima, Jalisco y Michoacán.
En el ejido de Pueblo Juárez se encuentra la parcela del Fraile donde los propietarios se dedican al cultivo del tamarindo utilizando injertos de algunas variedades del Inifap.
José María Reyes Guzmán, productor de tamarindo de Coquimatlán, dijo que en Pueblo Juárez tienen más de 50 años produciendo esta fruta y hace 15 años el Inifap liberó algunas variedades que empezaron a sembrarse, “la gente antes cortaba el tamarindo de una manera rústica y así resultaba el tamarindo maltratado y lo vendían barato como pulpa a la empresa De la Rosa, que venían pagando precios muy bajos, enseguida empezaron a llegar compradores nuevos que querían tamarindo fresco y de buena calidad, que lo corten con tijera y en cubeta, que no esté quebrado, el cual tiene un mejor precio”.
El tamarindo es un árbol que puede medir entre 10 a 20 metros de altura, es longevo, resiste el frío y sequías cuando es adulto, es tan fácil de cultivar que incluso pueden hacerse huertos familiares sembrando el árbol en casa.
José María, comentó que en Pueblo Juárez en todas las casas tienen árboles de tamarindo, “según estudios revelan que en estas zonas se adaptó muy bien el tamarindo, porque tenemos condiciones de clima, humedad ambiental baja y tenemos suelos muy fértiles, el promedio de producción por hectárea es de ocho toneladas, pero se pueden lograr hasta 20 toneladas”.
“El tamarindo fue una opción a diferencia del elote y de otros cultivos, porque lo podemos conservar, no es un fruto perecedero, es un fruto semiseco que se puede almacenar hasta por seis meses bajo condiciones de manejo de post cosecha, lo tenemos que tratar con gas para matar las plagas que le llegan y dándoles una temperatura y humedad ambiental baja”.
“Aquí el problema mayor que tenemos es la cosecha, porque si no se cosecha antes de las lluvias se nos echa a perder, nos vemos en la necesidad de traer personas de fuera para que nos ayuden con la cosecha y nosotros les brindamos los servicios como vivienda con comodidad, además les damos los tres alimentos y se les paga de acuerdo a lo que hacen”.
El cultivo de tamarindo en Colima tiene años de tradición, los productores siguen técnicas que les fueron transmitidas de generación en generación y que han heredado a sus propios hijos logrando conservar su actividad y cultivo rentables para seguir manteniendo a sus familias”.
Ulises Rey, químico y productor de tamarindo, dijo que “recibimos la fruta del tamarindo directamente de las huertas y aquí nos encargamos de seleccionar las calidades de tamarindo y ya sea de primera, segunda y el verde que puede ser rescatable para maduración, lo vamos rescatando y lo almacenamos”.
El tamarindo es uno de los productos más versátiles de nuestro país, es agridulce, perfecto para mezclarlo en postres, bebidas y dulcería, también tiene un amplio uso medicinal, pues con sus ramas, raíces, hojas, semillas y fruto se elaboran remedios caseros.
Cómo imaginarse los dulces tradicionales mexicanos sin este delicioso fruto, por todo esto el tamarindo es un orgullo de México.