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FAMILIA COLIMENSE TRAJO DESDE BRASIL LA VARIEDAD DEL COCO ENANO, FRUTA CON UN SABOR ÚNICO Y RESISTENTE A PLAGAS

El coco es una fruta tropical y comúnmente se piensa que solo se da en palmeras altas, una de esas variedades es el coco enano que destaca por su reducida altura y se cultiva en México, principalmente en el estado de Colima.

El agricultor y comerciante Mauricio Barreto, dijo que viene de cinco generaciones de productores de palma de coco y el predio donde labora fue de su bisabuelo Mauricio Rangel y desde entonces traen un trabajo de generaciones y ahora está su hijo Mauricio al frente tato de las huertas como de los viveros.

“Es un orgullo que después de tantos años estemos en el cultivo de la palma de coco, estamos ubicados en la costa de Colima, a 500 metros hacia el Océano Pacífico, estos suelos son propicios para el cultivo de coco por su condición de suelos arenosos, tienen un manto freático natural que está a un metro y medio ya tenemos agua, porque hay ríos abajo por el cruce del océano con la laguna de Cuyutlán”.

Comentó que “a través del tiempo empezamos a optar por otras variedades precosos y más productivas y con características de grados bricks, esto es que el agua esté más dulce y eso le agrada al consumidor, de hace unos años para acá, una década y media, empezamos a introducir híbridos que es la cruza del alto de Pacífico caracterizado con un amarillo malayo que es un enano, se hace una hibridación y obtenemos una plana híbrida, con características de alta producción, de entre seis y ocho grados bricks, en relación al alto Pacífico que es de cuatro a cinco grados bricks y es una planta que tolera una enfermedad que es el amarillamiento letal del cocotero”.

El coco enano tiene troncos cortos de aproximadamente medio metro, lo que facilita la recolección del fruto, la vida promedio de esta variedad es de 40 a 50 años y muestran una buena resistencia a enfermedades virales.

Los cocos enanos tienen tamaños para el consumo individual y mantienen su sabor único, también pueden ser usados para obtener aceites y otros productos.

Este cultivo tiene una importante labor en la región y Colima tiene un clima privilegiado para este cultivo y su producción es suficiente para que los productores puedan trabajarlo y obtener ganancias que ayuden a su economía familiar.

Mauricio Barreto Guerrero, dijo que inició en el cultivo de coco cuando tenía algunos tres años de edad, “mi papá siempre me traía al rancho, comencé a sentir un aprecio y comencé a venir todos los sábados, nosotros vivimos en la ciudad de Colima, hacemos alrededor de 45 minutos para llegar aquí, agarré el hábito de venir y conforme pasaron los años le agarré amor”.

“Iniciamos con este nuevo cultivo, no es una variedad mexicana, fue una introducción que se hizo de Brasil, exactamente del área de Fortaleza, con las ganas de obtener una mayor producción, una mayor precocidad y un mayor número de frutos por palma, básicamente a eso va encaminado este proyecto”.

“Gracias a mi papá, él ha sido mi motor, he tenido la oportunidad de estar en Brasil donde obtuve el conocimiento muy bueno de este cultivo, ellos me ayudaron bastante y a la par con nuestra investigación logramos una sinergia y de llegar a una conclusión con lo que hacen ellos y nosotros para crear algo intermedio, no solo hacer un clon de lo que hacen ellos, porque no funciona, ellos tienen condiciones totalmente diferentes, llueve más, su latitud es diferente, su Sol es diferente, tienen más horas Sol, su aire es diferente, decidimos no replicar sino usarlo como una base y de ahí para nosotros crear algo nuevo”.

“Hace poco estuve en Chetumal con la maestra Matilde del Inifap que me dio un curso de hibridación para juntar dos variedades, en este caso alto del Pacífico y enano verde y crear una variedad intermedia, como todas las plantas”.

Carlos Contreras Martínez, técnico especializado de Inifap, indicó que “esta planta surge por la incertidumbre de los productores por adquirir una planta de calidad, nos acercamos al Centro Nacional de Inspección y Certificación de Semillas que es el organismo que certifica las semillas, ellos nos expiden un número de certificado, el cual le da la certidumbre al productor, para esto nosotros tenemos que llenar una serie de requisitos que nos piden desde que se seleccionó la huerta madre para sacar la semilla, es una serie de protocolos que hay que cumplir y que ellos nos están periódicamente supervisando”.

“El Inifap es otro organismo de investigación que les da a los productores ciertas variedades nuevas en ocasiones, con base de las investigaciones que hacen, le damos opciones a los productores para que escojan tanto de una planta nueva, opciones para plagas y enfermedades que hay, siempre está buscando el Inifap el darle una mejor opción al productor para que el cultivo vaya de una menor manera”.

“Nosotros tenemos relación con el Inifap y a su vez nosotros le pasamos la información a los productores que nos compran la planta”.