INQUIETUD – ¿QUÉ VIENE? 11 DE JULIO DE 2022

SEAN OSMIN HAMUD RUIZ

La administración pública debe ser una de las actividades sociales más compleja. Cuando se quiere hacer un buen papel, obligado está el funcionario a tener una gran visión de la actividad humana. De sus intereses, anhelos e inquietudes.

Indispensable resulta tomar en cuenta a distintos grupos, inclusive a satisfacerlos en sus propuestas, claro está en la medida de los posible, pues se entiende que los recursos, materiales, humanos y económicos, son limitados.

De hecho, esta última circunstancia es una de los elementos primordiales a tomar en cuenta cuando se planean y toman decisiones que impactarán al ámbito de influencia del encargo.

De esta forma, el tiempo, trabajo y esfuerzo que se empleen en educación y cultura, determinarán en cierta medida ciertas limitaciones en seguridad. Aquello que se invierta en infraestructura, pegará en el gasto en salud. Y así en las demás actividades del ejercicio gubernamental.

Considerando lo anterior, quien se encarga de guiar los destinos de estos recursos debe poner en consideración la búsqueda de los mejores equilibrios, aquellos que le dejen un mayor nivel de satisfacción a la sociedad que impactan.

Trabajo interesantísimo y a la vez complejo, que en definitiva es virtualmente imposible que ejecute una sola persona, por más capaz que esta sea.

Y entonces el equipo toma un papel protagónico en este andar por el gobierno. Tienen la obligación de hacer llegar el mejor de los consejos, previo análisis, para orientar esa toma de decisiones.

Pero quien lleve la batuta necesita confiar y estar con mente abierta a esta posibilidad. Además, no basta con tomar en cuenta otras opiniones. Otro elemento básico es el ser capaz de delegar y autodefinirse los campos de acción prioritarios, aquellos de imprescindible participación.

Tomando en cuenta lo anterior, y considerando algunas limitantes legales y funcionales, no se comprende del todo este tufillo de injerencia que se percibe en el ambiente que hace pensar con suspicacia una presumible intromisión con distintas organizaciones sindicales y sus cambios de dirigencia. Tajantemente se tiene que decir, eso no se hace, a menos que la intención sea generar cierta inestabilidad y mucha INQUIETUD.

MICROCUENTO

-No me veas. No quiero ni deseo una sola mirada más tuya.

-Por favor, no me digas esos. Sabes que contemplarte es mi fin, mi vida depende de poderte mirar.

-No me interesa, termina con esto, no lo soporto.

Y así fue como mi adoración y necesidad de complacencia me llevó a arrancarme los ojos.