OPINION

La verdad como derecho en el discurso político

Ahora que estamos inmersos en el proceso electoral 2020-2021, es importante voltear a ver, cómo deben desarrollar la contienda, los operadores electorales, para cumplir con los parámetros más altos sobre una democracia sustantiva, e ir cambiando poco a poco nuestro sistema electoral, a fin de consolidar a la democracia.

Un referente que tenemos que tomar en cuenta, es el contenido de la Carta Democrática Interamericana, instrumento internacional de la Organización de Estados Americanos, OEA, que nuestro país, como parte de esta organización, tiene que aplicarla, como norma vigente.

Dicho instrumento internacional, establece en su artículo 3ro. que: “Son elementos esenciales de la democracia representativa, entre otros, el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales; el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al estado de derecho; la celebración de elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo; el régimen plural de partidos y organizaciones políticas; y la separación e independencia de los poderes públicos.” Este documento normativo, contiene todos los compromisos que en democracia han adquirido los estados parte para fortalecer la dignidad humana, a través de la consolidación de la democracia.

Un estado democrático, se distingue por el respeto irrestricto de los derechos humanos, en este momento podríamos decir, que, para consolidar a la democracia, necesitamos que el estado mexicano, le garantice a su pueblo; sus derechos político electorales, tanto el de votar, como ser votado, el de asociarse libre sin ninguna limitación y que toda autoridad y operadores electorales, nos garanticen esa decisión política, el día de la jornada electoral, bajo el principio del derecho a la verdad.

La Carta Democrática Interamericana, contiene una serie de valores y principios, que están expresa e implícitamente en nuestra Constitución, es importante también analizar que en ésta y relacionada con el contenido a la Convención Americana de los Derechos Humanos, vemos que, el derecho a la verdad, es un derecho humano que se tiene que garantizar en el proceso electoral, como un derecho de carácter político. Así diríamos que el pueblo, tiene un derecho colectivo denominado “derecho a la verdad política”.

Por eso se tiene que garantizar el derecho a la verdad en este proceso electoral por parte de los operadores electorales; la Constitución, impone la obligación (art. 1ro.) de, que todas las autoridades, en su función, tienen que garantizar los derechos fundamentales de las personas; luego entonces, en este proceso electoral, los partidos políticos, como entes públicos y de interés social, también están obligados a que sus compromisos, puestos en sus plataformas electorales y demás documentos que entreguen a la autoridad electoral, garanticen el derecho a la verdad política a la ciudadanía.

Esto significa, que, si los operadores electorales, cumplimos con este compromiso, de respetar el derecho humano a la verdad política, el sistema político nacional cambiaría, y si este derecho se utiliza como guía en el proceso, significaría que la promesa de campaña, será en realidad un elemento, que recobre la confianza social y le serviría a la ciudadanía para decidir por quién votar.

Si esta promesa, se cumple por aquel servidor o servidora público electo popularmente ya estando en el cargo, el sistema político se empezaría a empoderar y como consecuencia el sistema democrático, empezaría hacerse visible y como consecuencia, el sistema de partidos y de candidatura independiente, según el que dé el primer paso, se fortalecerá y por supuesto, que sería bien evaluado por la comunidad internacional, sobre todo por las instituciones que evalúan el nivel de democracia de nuestro país; tanto de la organización de la OEA como de ONU; ojalá el sistema político nacional y los operadores electorales, guíen su actuar con la implantación de este derecho a la verdad política, durante todo el proceso electoral. Sería un avance significativo para la consolidación de la democracia y tendríamos un sistema sensible, al dotar de verdad a la promesa de campaña.

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