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LAS HUERTAS DE COMALA, LOS PULMONES ECOLÓGICOS DEL PUEBLO QUE SE NIEGAN A MORIR

*A pesar de que es una área protegida por decreto presidencial, se construyen fincas de recreo y fraccionamientos

Las Huertas de Comala, son los pulmones ecológicos del pueblo que se niegan a morir y que algunos propietarios de esos predios luchan contra el potente desarrollo social por conservarlos.

En esta zona natural se puede escuchar el alegre canto de las aves, por la temporada de apareamiento y de cría de los polluelos de diferentes especies silvestres que abundan en el follaje de sus grandes y frondosos árboles, que estoicamente se resisten y afianzan sus raíces para permanecer en las huertas.

Bajando por la calle Salvador H. Rangel de la colonia Lázaro Cárdenas y el cruce de la calle Guadalupe Victoria y antes de llegar a la Degollado, se pueden encontrar restos de aquellas grandes huertas de café, mangos, mameyes y enormes higueras, así como uno que otro moho y varios cuajiotes, así como esas gigantescas parotas que con sus enormes ramas, sirven de hogar para todas esas avecillas que nos alegran el alma con sus diferentes cantos, que más pareciera una oración al Creador para que haga recapacitar al género humano y que volvamos nuestros ojos a la naturaleza, que es donde la vida se abre camino y sin la naturaleza se nos cierra el camino y la misma vida que hoy conocemos.

Los restos de esas otroras huertas, porque hace más de 40 años, aún subsistían, desde Los Llanitos hasta la Degollado y hoy, dado el crecimiento poblacional quedan solamente restos de ellas, porque en ese tiempo no estaba la colonia Lázaro Cárdenas y después se instalaron algunas construcciones a la orilla del callejón (Calle Salvador H. Rangel) que era un mudo testigo de aquellas frases de amor que prodigaban las parejitas que acompañaban a sus novias de Nogueras y Los llanitos y en más de algunas ocasiones los árboles frutales de esas huertas sirvieron de alimento de las mismas en su caminar.

No obstante, que Las Huertas de Comala estaban protegidas por decreto presidencial, el poder de algunos propietarios se hizo presente y lograron su cometido de arrasar con esas huertas para convertirlas en fincas de descanso o crear los núcleos poblacionales.