MONUMENTAL PETROGLIFO EN MANZANILLO
En esta ocasión, hablaremos del ejido La Rosa de San José de Lúmber, el cual se encuentra a unos 580 msnm, en la zona montañosa de Manzanillo, a poco más de 26 kilómetros de la cabecera municipal.
Justo en este lugar, estamos en el corazón de Mesoamericana. Un sitio consagrado por los dioses colmado de historia, rodeado por ríos cristalinos y una cuantiosa variedad de flora y fauna, que enmarcan esta maravillosa demarcación costera.
Su ecosistema, correspondiente a selva baja caducifolia/bosque de encino nos ofrece hermosos paisajes y un clima ideal para hacer turismo de aventura y senderismo, donde podemos disfrutar de la tranquilidad del campo, de su esplendorosa vegetación con bosques de galería y al mismo tiempo la posibilidad de descubrir uno de los lugares más interesantes que tenemos en el estado de Colima.
En términos culturales, referirnos a La Rosa de San José de Lúmber, es entrar en terrenos de lo monumental, como uno de los sitios de interés arqueológico más importantes del Occidente de México. El área aloja valiosos vestigios prehispánicos, entre ellos, uno de los petroglifos más grandes y con más acabados artísticos, encontrados a la fecha en territorio colimense, y también uno de los más remotos.
A pie del Río San José de Lúmber, se encuentra esta piedra grabada muy especial; mide tres metros y medio de ancho y cinco metros de largo. Los pobladores se refieren a ella, entre otros nombres, como ‘La piedra del Rey’ y ‘La piedra del Sol’. Fue encontrada y reportada al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en el año 1985.
Según científicos del INAH, sus diseños son una representación de la fertilidad grabada en piedra, la cual podrían tener origen previo a mil 500 años a.C.
Esta pieza lítica muestra diferentes grabados relacionados a ritos de la fertilidad, los cuales podrían estar asociados al nacimiento de un personaje destacado. Predominan las cuestiones femeninas, acuáticas y ritos de embarazos, lo que da referencia de manera preliminar de que está hablando de la escena de un nacimiento.
Este monumento, auténtico tesoro de nuestros pueblos originarios, ya está inscrito como Patrimonio Cultural de la Nación. Un verdadero reencuentro con la grandeza y el esplendor en el que vivieron los primeros pobladores de Colima.
Admiremos y cuidemos el patrimonio cultural colimense.
Texto y fotografías: Rafael Cruz