PRESENTAN EN LA UNIVERSIDAD JOSÉ MARTÍ EL LIBRO “EL NÁUFRAGO UNIVERSITARIO”, AUTORÍA DEL DR. JUAN CARLOS YÁÑEZ
Este viernes en la Universidad José Martí fue presentado el libro “El náufrago universitario”, escrito por el Dr. Juan Carlos Yáñez Velazco, evento que fue encabezado por Marcos Barajas Yescas, rector de la institución educativa.
Estuvo como comentarista del libro Celia del Carmen García Hernández, estudiante de la maestría en Educación Conectiva de la Universidad José Martí, quien dijo que “es una obra que está compuesta por 24 apartados, cada uno de ellos relata una experiencia, personalmente me hicieron reflexionar respecto a la situación que vive un profesor universitario”.
Dijo que “en la obra me pude percatar de la desilusión, la desesperación y de cada una de las emociones que muy pocas veces comprendemos siendo estudiantes, ya que como menciona el libro la vida de un docente es un viaje escolar, tiene subidas y bajadas, es una montaña rusa de emociones de distintas magnitudes”.
“Personalmente no pude evitar pensar en mi vida estudiantil, especialmente en los docentes que marcaron una diferencia significativa en mi formación”.
“Muchas veces como estudiantes no valoramos el esfuerzo, la dedicación, la vocación y todo el trabajo que hay detrás de una o dos horas de clases, no puedo pensar en las jornadas largas, no nos imaginamos todo lo que conlleva realizar una planeación, hacer didáctica una clase, buscar actividades recreativas, pensar en cómo los contenidos pueden resultar interesantes, atraer nuestra atención, comentarse el gusto por la lectura, motivarnos al autoaprendizaje, buscar mil formas para evitar nuestra distracción, mil y un cosas pasan durante la vida de un docente y hoy puedo decir que es aún más adverso, ya que luchas contra la educación que nos fomentan en casa, padres que no tienen el tiempo para preguntar cómo estamos, padres que no se han involucrado en la formación de valores en sus hijos, que creen que los docentes van a reparar lo que ellos en años no han sembrado”.
“Es por eso que hoy reconozco a aquellos profesores que de corazón y con pasión nos entregan su sabiduría, es aquí cuando recuerdo con entusiasmo a aquellos profesores que iban más allá de la simple transmisión de conocimientos, a aquellos que eran pacientes, honestos y siempre dispuestos a dar un poco más, su amor por enseñar no solo se reflejaba en sus clases, sino también en su disposición para acompañarnos, guiarnos y apoyarnos en cada paso del procesos, ellos no solo se limitaban a cumplir con su rol, sin que se entregaban con un compromiso genuino entendiendo que su labor trascendía más allá de las horas frente a un aula, sin embargo, también he sido testigo de aquellos que parecen estar en una institución solo para cumplir con una función básica, dar clases, ser investigadores, docentes de tiempo completo, etc.”.
“Con el tiempo me he dado cuenta que el sistema educativo tiene una estructura que permite que algunos docentes simplemente existan, sin que se les exija un mayor nivel de dedicación o esfuerzo, esos profesores aunque sean competentes en su campo no muestran la misma pasión y el mismo interés por ir más allá de lo mismo y su enfoque se reduce a un cumplimiento de horario, con salarios bien remunerados y una actitud conformista y ahí es donde me cuestiono ¿será cierto lo que el náufrago mencionaba, será que diversos docentes entendieron el juego cobijados en el discurso de la calidad, los estímulos fueron la manzana del pecado original y cuando los profesores devoraron el manjar la vida universitaria empezó a quebrarse?”.
“Mil preguntas abundan en mi cabeza y cuestiono yo a los docentes, ¿del 100 por ciento de sus estudiantes cuántos viven con sus papás, cuántos perdieron a su mamá o papá, cuántos tienen que trabajar para sustentar sus estudios o ser el sustento de su familia, cuántos tienen hijos, cuántos padecen de ansiedad, depresión o alguna situación psicológica, cuántos viven violencia, cuántos tienen una manera de aprender al resto, realmente como docentes nos tomamos el tiempo de tomar un poquito del contexto de cada una de las historias de los estudiantes de comprender por qué algunas actitudes, por qué cansancio, por qué distracciones”.
“Este contraste entre los docentes que dejan una huella y aquellos que se limitan a existir me hacen reflexionar cómo el sistema educativo puede influir en la educación y el compromiso de los profesores”.
“La formación y el reconocimiento adecuado no solo benefician a los estudiantes, sino que también pueden enriquecer la experiencia de los propios docentes animándolos a invertir más en su vocación, al final me doy cuenta que son los docentes comprometidos a aquellos que creen que el impacto de su labor va realmente a transformar la educación y dejan una marca indeleble en los estudiantes y aquí concuerdo con unas de las frases que pone el ‘El náufrago” de un educador francés ‘es profesor quien tiene la educación de que todo alumno es educable’, es decir que ninguno puede abandonarse”.
“Este tipo de reflexión permite reconocer tanto a los docentes que realmente aportan al crecimiento de sus estudiantes como aquellos que por diversas razonas no logran cumplir con la expectativa de ser agentes de cambio”.
Para finalizar, resaltó un apartado que menciona la obra donde dice que: “La diversidad de formas de asumir la docencia marcan destinos, porque unos sufren la docencia y otros la asumen como una responsabilidad trascendente, será que ‘El náufrago’, sufrí la docencia”.
Por su parte Marcos Barajas, dijo que “este libro nos cuenta una historia que es ficticia, pero que genera una serie de emociones que quienes estamos en la educación que debemos tener en cuenta que hay una responsabilidad y compromiso una acción histórica de transformar algo y algo está sucediendo en el sistema educativo”.
“Hay una serie de situaciones que se desbrozan en este libro también para los investigadores y todos los que estamos involucrados a veces sentir, como se dice coloquialmente, una pedrada es precisamente que toca una parte fundamental que es la parte emocional y esa parte tenemos que revisarla e invitarles a que puedan estudiar”.
Al hacer uso de la voz el Dr. Juan Carlos Yáñez, autor del libro, dijo que “me siento privilegiado porque varios de mis libros se han presentado aquí; este libro ocurre en el mundo universitario, pero ayer que estuvo en la Pedagógica Nacional y escuche la presentación de un libro que tiene que ver con la educación básica, con profesores de primaria, secundaria y telesecundaria, me di cuenta que esta idea de ‘El náufrago universitario’, se me quedó corta porque están naufragando también los profesores de las primarias y secundarias con la reforma que está marcha, porque ellos están en la línea de batalla, pero no están recibiendo el apoyo que se necesita para lograr que un proyecto de transformación tan radical como el que estamos experimentando en el país se implante como se tendría que implantar”.
Explicó que en México cuando se hace una medición de los niños que entran a la primaria, luego a la secundaria y entran a la prepa, llegan a la universidad y salen de la universidad, hay un seguimiento que se hace cada año de cada generación, “los datos más recientes de la SEP indican que de cada 100 niños que entraron a la primaria en el 2007, el año pasado solo terminaron 28, lo que significa que 72 jóvenes se quedaron en alguna parte del camino y esta sangría empieza muy pronto, en los primeros seis años de la primaria se pierden cinco, a las secundaria llegan pocos y a la media superior se nos estrangula todavía más la pirámide, en los tres años de media superior se pierden 29”.
“En Colima cada año abandonan o son expulsados de bachilleratos alrededor de 3 mil 400 muchachos de prepa, o sea que Colima pierde 35 mil estudiantes de bachillerato, que debería ser obligatorio y debería ser universal desde hace tres años, así se aprobó en la reforma del 2013, pero no es universal el bachillerato, la secundaria y la primaria”.
Al hablar del libro, señaló que “trata de la paradoja de la situación contradictoria de un profesor que se enfrenta al asunto de tener una vocación por enseñar, asume su vocación de docente, pero se enfrenta a la circunstancia que cada vez resulta más complicado ser profesor por muchas razones, que tienen que ver con las circunstancias de las instituciones, por ejemplo la burocracia, las exigencia cada vez mayores de asuntos insustanciales, una circunstancia no menor es el hecho de que los profesores cada año somos más viejos y los estudiantes siguen teniendo la misma edad, uno cuando empieza la carrera de profesor universitario uno tiene 25 ó 27 años, pero luego tiene 50, pero los alumnos siguen teniendo los mismos 18 ó 19 años y vamos cambiando, con la edad no somos siempre ni más maduros, ni más responsables, ni más sabios, ni más tolerantes, nos vamos enfermando, el desgaste natural, la oxidación natural del cuerpo aparece, cada vez es más complicado por esa razón”.
“Hay otras circunstancias que tienen que ver con las revoluciones tecnológicas, por un lado con la Inteligencia Artificial y por otro la conexión a las pantallas, datos oficiales en México los jóvenes de la edad universitaria pasan prácticamente seis horas al día conectados a una pantalla, es el mismo o más tiempo el que pasan en la escuela, con los efectos que eso significa el competir con un profesor que tiene que enseñar un tema que no es fácil es complicado con el alumno, con la persona que está acostumbrada al tik tok, Instagram, a me gusta, no me gusta y hasta ahí, aprender implica un esfuerzo, una concentración, una dedicación”.
“El profesor ficticio del que se habla en este libro, es ese profesor que sigue teniendo la vocación de enseñar, entiende que enseñar es una misión de transformación social, que no es una chamba y a él le toca una partecita con la materia que enseña, porque es parte de un proyecto de formación de un médico, de un abogado, un filósofo, que además es un ciudadano que tiene que ser una persona de bien, pero enfrenta esta circunstancia que cada vez le resulta más complicado entender la realidad que está sucediendo”.
“Del profesor que se habla no soy yo y tengo que reconocer que sí, porque sino estoy ahí quién lo escribió, Inteligencia Artificial no lo escribió, lo escribí yo, pero no soy yo porque cuando lo escribo estoy pasando por un momento de reencantamiento con la docencia, trabajar con los alumnos, escucharlos, verlos, ver sus trabajos, me sigue resultando emocionante a veces me canso, porque también hay alumnos que no son así”.
Dijo que “este libro a diferencia de otros que he venido a compartir aquí con ustedes es totalmente distinto, porque no es un ensayo digamos, porque es al género que yo me dedico más, ensayo es experimentación con ideas que tienen que ver con lecturas, reflexiones, investigaciones, suposiciones, con hipótesis, es como el nombre lo dice un ensayo; tampoco es una colección de artículos periodísticos a lo que también me dedico en México y España; tampoco es un reporte de investigación, no es un documento técnico, yo no lo ubicaría en ningún género”.
“El texto está escrito por dos narradores, uno es el náufrago que va contando lo que se llama confesión y el otro es un narrador en tercera persona, alguien que está fuera, que está observando lo que está viviendo este profesor, es una narración en dos planos”.
“Es un tono en algunos momentos duro, frío y en algunos momentos pesimista, porque el profesor no deja de sentir el peso de la adversidad, educar no es fácil los que se dedican a la docencia lo saben, ser profesor en preescolar implica pasar cuatro horas sin que te puedan sentar a ver el whatsapp porque ahí están 15 niños moviéndose todo el tiempo, tienes que estar de pie caminando, por aquí, por allá y en todo momento, la docencia es una profesión de alta exigencia intelectual, emocional y física”.
“En realidad este libro no es un elogio del conformismo, sino más bien es una invitación a la renovación de la esperanza en que eso que está pasando hoy por qué es tan complicado enseñar, necesitamos mejores profesores todavía, que entiendan que la docencia no es comunicar contenidos, ni organizar tareas, ni calificar exámenes, la docencia es una misión de transformación que solo se puede ejercer con alguna garantía de éxito si lo hacemos con pasión, sino lo hacemos con pasión, si nosotros vamos al salón de clases como profesores con la frustración a cuestas, lo que vamos a transmitir se aleja mucho de la posibilidad de lograr aprendizajes”.