QUOD SCRIPSI, SCRIPSI – 5 DE OCTUBRE 2021
Por Armando Archundia
La debacle del gobierno de Colima, sin precedente en la historia regional, tiene que ver con la escandalosa corrupción que se dio en la administración estatal y con la ineptitud de muchos funcionarios que incurrieron en omisiones que bien podrían implicarlos penalmente. Uno de los casos más desastrosos se dio en la Secretaría de Turismo, donde la titular, Mara Íñiguez, acabó siendo un chivo en cristalería «asesorada» por quienes mediante lisonjas y zalamerías la llevaron al precipicio administrativo, político y legal.
Igual sucedió con la titular de Cultura, en una de cuyas áreas, cierto funcionario administrativo de apellido Castillo, saqueó las cuentas bancarias de los cobros de estacionamientos y áreas comerciales de la dependencia. La lista es larga: Varias secretarías, como la de finanzas con la innombrable penúltima titular, se convirtieron en lodazales burocráticos en los que muchos se hicieron como en el famoso Año de Hidalgo: «Pendejo el que deje algo» y así llevaron a la ruina a la administración estatal. ¡Ah, pero eso sí: Muy buenos para evaluaciones y mediciones de «eficiencia»! ¡Lástima, vaquetones! Tarde o temprano, los que las hacen las pagan. ¡Si ya tronaron los cohetes ahora levanten las varas…!