TAPEIXTLES, EN DOS DÉCADAS PASÓ DE ZONA RURAL A SER PARTE DE LA CIUDAD DE MANZANILLO
Tapeixtles parecía un pueblito sin mucha esperanza de progreso, polvoso, que se veía a lo lejos, al otro lado de la laguna por donde pasaban los camiones urbanos, si alguien quería ir hasta allá, tenía que tomar un autobús especial y suburbano.
Fuera de los pobladores, poca gente tenía a que ir a Tapeixtles; era el típico pueblito rural, arreglado en su fisonomía en torno a un jardín arbolado, con un tradicional kiosco y calles de tierra donde paseaban los perros, gallinas y por ahí se veían los cazos chicharroneros; eso sí, con una vida muy tranquila.
Este pueblito estaba arropado por su laguna, donde se reflejaba su tranquilidad en sus aguas como espejo, donde sobrevolaban las aves y había pesca. Al otro lado de su laguna, se veían pasar los carros y más allá el movimiento del Puerto Interior.
Veinte años después, Tapeixtles está al pie de carretera y es un paso obligado de todos los medios de transporte e incluso tiene un libramiento que hace que los camiones dejen al usuario en las colonias altas de esa población, inmersa ya en la ciudad no como un pueblo, sino como una gran unidad habitacional compuesta por grandes colonias asiento de negocios y principalmente empresas portuarias que aprovechan su ubicación estratégica.
Es una de las delegaciones más prósperas e importantes de Manzanillo, junto con la del Valle de las Garzas; pero a diferencia de esta, no tiene problemas de sobrepoblación y mantiene un clima de tranquilidad pueblerino, a pesar de haberse integrado a la mancha urbana.
Su clima debe cuidarse se mantenga, porque las cosas van cambiando año con año en esta zona que experimenta rápidos cambios. Poco se reconoce de aquel viejo poblado, tanto que cuesta creer que sea el mismo sitio.
Una de las cosas que quizá faltaba que se le atendiera, de manera inexplicable, es la calidad de sus vialidades, que eran de malas a pésimas. Calles retorcidas de tierra y piedras, que en épocas de lluvia se convertían en lodazales, donde los carros se atascaban. La calidad de vida no iba de la mano con lo que ya Tapeixtles le estaba aportando al municipio, pero con el paso de los años también esto ha ido mejorando, aunque aún falta por hacer.
Es imprescindible que se haga una pavimentación integral de las calles de Tapeixtles, las cuales podrán así comunicar de manera rápida y directa con la carretera del libramiento de Tapeixtles, con la del libramiento a El Colomo, el libramiento a El Naranjo y la carretera a Jalipa, con las que la delegación tiene entradas y salidas, actualmente obstaculizadas por la mala calidad del suelo de sus calles, más bien arroyos. La estratégica ubicación de Tapeixtles, así no se aprovecha.
Tapeixtles debe modernizarse porque le sirve mucho a la ciudad, pero conservando sus costumbres pueblerinas con las que nos ponen el ejemplo a las demás colonias de la ciudad de que progreso no significa acabar con la ecología, perder los valores y vivir corriendo detrás del reloj.