OPINION

TONALTEPETL -9 DE SEPTIEMBRE 2021

Gustavo L. Solórzano

La vida de seres sobresalientes que han poblado el planeta sigue siendo un misterio para muchos. Buda y Jesús, sin duda son dos de los más grandes exponentes de una espiritualidad alejada de todo lujo y sí, creíble. Hoy retomo algunos conceptos que Buda señala en torno a “venenos para el alma”. Son conceptos vigentes y plenos de sabiduría, seguro estoy le serán de utilidad:

El apego nos lleva al sentido de pertenencia, a creernos dueños de las cosas y de las personas, de los grupos de trabajo, de los amigos, de los hijos, de la pareja, hasta de los lugares por donde andamos. Si tenemos una reunión y por cualquiera razón no llegamos a conclusiones, planeamos otra reunión para el día siguiente. Y cuando llegamos al día siguiente a la reunión, nos sentamos en el mismo sitio donde estuvimos un día antes. Y si alguien se atreve a sentarse en ese sitio, nos atrevemos a decir: “Estás sentado en mi silla”. El asombro del otro es inenarrable ¿cómo va a ser TU silla si esto es un sitio público?, y la respuesta: “Es que yo me senté allí ayer”. Así funciona nuestra mente. Así, aferrándonos a todo. El apego genera celos, agresiones a los demás por creer que nos van a quitar lo que “creemos” que es nuestro, porque en realidad, nada nos pertenece, ni siquiera somos dueños de nuestra vida y andamos sufriendo por algo material.

El rechazo que lleva a la rabia y al odio por querer que algo no exista, querer apartar algo de nuestra vida es inútil, porque hagas lo que hagas eso que te molesta va a estar ahí. Tal vez nos moleste ese vecino, pero lejos de entrar en conflicto con esa persona, lo que debemos hacer es averiguar ¿Cuál es la causa de tanta molestia? ¿Qué cosas estas proyectando en él que son tuyas? Y esas cosas tuyas no las puedes eliminar, vas a tener que aprender a convivir con ellas. Sin duda, el rechazo es otra fuente de infinito sufrimiento. Darnos cuenta de algo que genera tropiezo en nuestra vida, puede llevarnos, si así lo deseamos, a nuestra sanación.

Otro aspecto que, de acuerdo a Buda, actúa como veneno para el alma, es la ignorancia. Desconocer las leyes universales, ignorar que, si haces daño, ese daño que haces de alguna manera va a volver a ti mismo. Ignorar la ley del karma, ignorar los tres venenos del alma, y en general no conocer las enseñanzas, constituyen un veneno muy poderoso. Desconocer la ley de los humanos no nos exime de ella, por lo tanto, es lo mismo con la vida. Mucha gente piensa: “Como aquel sujeto me cae mal, le voy a hacer daño”, y en realidad, está firmando su propia sentencia. Ese daño que hace lo va a recibir indefectiblemente, por siempre es mejor mantenerse ecuánime y ofrecer buenas acciones a los demás, es decir, en la medida de lo posible, dar lo mejor de nosotros mismos.

Nada en la vida es fácil, es importante considerar la necesidad de mejorar nuestra existencia personal y con ello, el espacio que nos rodea. A pesar de las circunstancias, la vida es hermosa, es una majestuosa escuela en la que todos somos maestros y alumnos, a veces nos toca enseñar y todos los días estamos aprendiendo. Procuremos, hagamos el esfuerzo y aportemos de verdad, lo mejor que somos, por nosotros y por quienes siguen nuestros pasos, que nuestra influencia haga valer la vida.

ABUELITAS:

Convertido en un tema controversial, el aborto vuelve a los medios informativos. Los ministros de la suprema corte, que seguro no tienen madre, dan un duro golpe a la vida y con ello a uno de los derechos más importantes que tenemos todos los seres, el derecho a vivir. Volveré con este asunto en otra colaboración. Es cuánto.