OPINION

¿QUIÉN SALVARÁ A COLIMA (DE TANTO CANDIDATO)? – BRÚJULA ELECTORAL

Roberto Huerta

A casi tres semanas de iniciadas las campañas por la gubernatura en Colima, parece que nadie sabe con certeza qué va a ocurrir el 6 de junio, ya que las preferencias electorales o los estudios de opinión muestran una enorme disparidad respecto a quien ocupa los lugares secundarios y colocan a la cabeza a la candidata con más tiempo en campaña (Indira Vizcaíno Silva) y a la abanderada de tres partidos que hasta hace unos meses eran adversarios (Mely Romero Celis).

Si bien la morenista está en el primer lugar de las intenciones del voto, también se puede notar que su campaña no ha terminado de “prender” pues ha perdido puntos y eso ha acortado la distancia que la separa de la candidata aliancista.

Hace seis años, Indira Vizcaíno era demasiado joven para ser candidata a la gubernatura y tenía la inercia electoral a su favor luego de haber sido una de las diputadas federales plurinominales más jóvenes (22 años) y de haber sido la primer mujer en romper el bastión príista en el ayuntamiento de Cuauhtémoc.

Por su parte la alianciasta Mely Romero ya había ocupado una curul como diputada local y aunque participó en el proceso interno de su partido como aspirante a la gubernatura, obtuvo de consolación la candidatura al Senado y antes de concluir su periodo se sumó al gabinete del Presidente Enrique Peña Nieto como Subsecretaria en la Sagarpa.

Si bien estas dos mujeres encabezan las preferencias, no se deben descartar a dos varones: Leoncio Morán Sánchez y Virgilio Mendoza Amezcua, el primero ya fue alcalde de Colima en dos ocasiones, diputado federal y candidato a la gubernatura; el segundo ha sido alcalde en Manzanillo y diputado federal luego de haber estado muy cerca de ser designado candidato a gobernador y declinar sus aspiraciones en favor de Ignacio Peralta Sánchez que eventualmente ganó la contienda.

La disputa electoral está comenzando y aún no vemos la mejor parte, por eso será importante que los candidatos presenten sus propuestas, pero no el trillado discurso que utiliza palabras que no se aterrizan en ideas concretas, acciones a seguir y cambios que se puedan realizar.

Hablar del combate a la corrupción, comprometerse a luchar por el bienestar de las familias y pugnar por detonar desarrollo económico de Colima no dejan de ser buenas intenciones que ya hemos escuchado antes y que tristemente reconocemos que no dejan de ser promesas incumplidas.